La selección de Estados Unidos, vigente campeona, llevó la voz de mando, plasmó su experiencia y este viernes derrotó 2-1 a Francia para avanzar a las semifinales de la Copa Mundial Femenil de la FIFA Francia 2019.
A las francesas no les alcanzó el entusiasmo mostrado en la cancha del estadio Parque de los Príncipes, arropadas por sus seguidores, para hacer frente al conjunto norteamericano, el cual supo manejar los tiempos del partido y en pocos momentos pasó preocupación.
Tal y como ha sido su costumbre en lo que va de este Mundial, Estados Unidos se hizo presente en el marcador antes de pasar el cuarto de hora, cuando a los cinco minutos Megan Rapinoe ejecutó un tiro libre que pasó por un sinfín de piernas y superó a la portera Sarah Bouhaddi, para colocar el 1-0.
Las norteamericanas llevaron a buen puerto el compromiso a pesar del ímpetu galo, empujado por su afición, pero que careció de claridad para causar daño a la meta de Alyssa Naeher.
La delantera Kadidiatou Diani fue la más habilidosa del equipo local con sus desbordes por derecha, pero tuvo pocas conexiones con la goleadora Eugenie Le Sommer, quien terminó por ser reemplazada.
Pasada la hora de juego, Tobin Heath recibió un buen balón por el costado derecho y envió centro raso para la llegada de Rapinoe, quien sin problema alguno perforó la meta, en lo que fue el 2-0 a favor de Estados Unidos a los 65 minutos.
Las de Concacaf todavía hicieron el tercer tanto, pero les fue anulado por fuera de lugar. Francia descontó con el 1-2 al minuto 81, en jugada a balón parado con servicio de Gaetane Thiney y el buen cabezazo de Wendie Renard.
El gol francés parecía inquietar a las estadunidenses, pero estas sacaron la experiencia para aguantar la diferencia con el balón en sus pies y alejado de su portería. Así, con veteranía, Estados Unidos dio un paso más en la defensa del título Mundial y en semifinales chocará con Inglaterra.
La árbitra del partido fue la ucraniana Kateryna Monzul, quien tuvo un trabajo aceptable y enseñó tarjeta amarilla a las anfitrionas Griedge Mbock y Elise Bussaglia.
Con información de La Jornada