En Ixtapaluca, Estado de México, una estación de gasolina tiene un integrante que cuida a los despachadores y vigila el lugar, se trata de una perrita que los empleados adoptaron hace unos meses a quien bautizaron como “negrita”.
“Es una perrita que anda aquí, con su chaleco acompañando a los de la gasolinería, es muy buena, no muerde, da confianza y les ayuda para cuidar aquí”, señaló un cliente.
Sucia y hambrienta, llegó hace unos meses “negrita”, una perrita criolla, a la estación de San Buenaventura.
“Tiene aproximadamente poco más de medio año que llegó aquí de la nada, y nosotros porque no le vaya a pasar algo aquí al principio tratábamos de alejarla, pero se fue encariñando y nosotros también con ella”, explicó Miguel Ángel Zavala, uno de los despachadores.
“Negrita” duerme en la estación e incluso es alimentada, por algunos clientes que ya la conocen.
“Llego bien flaquita, pues aquí le damos todos de comer, aunque sea poquito, pero le damos. Si tú la tratas bien, ella es muy cariñosa, pero a los que son agresivos con ella, los ataca”, aseguró Margarita, despachadora del lugar.
“Los sábados y domingos que se pone un poco más pesado porque hay mucho cliente que quiere pasar al sanitario, ella se encarga de cuidar de aquel lado, del lado de las oficinas, donde la gente no puede pasar para allá. La perra se les avienta y no muerde, nada más trata de cuidar partes de la estación”, destacó Miguel Zavala.
“Nos protege mucho, porque en la noche cuando estamos nosotras, la perrita está aquí y ve a algún sospechoso y se le avienta, no lo deja acercarse”, enfatizó Margarita.
La perrita que deambulaba en las calles ahora recibe amor.
“Llegó descuidada y sucia ha habido veces que la bañamos quería atención y cariño, y lo encontró aquí”, destacó Miguel Zavala.
Con información de Excélsior