Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno federal, dijo el viernes que los dos israelíes asesinados en el centro comercial Plaza Artz -ubicado al sur de Ciudad de México- tenían disputas con una organización criminal mexicana.
La procuradura de la capital, Ernestina Godoy Ramos, dijo por su parte que la anterior versión era verdadera, pero se negó a dar el nombre de la supuesta organización que estuvo detrás del doble homicidio perpetrado el miércoles 24 de julio.
Según informes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y de la Fiscalía General de la República (FGR), ambos citados por El Universal, existió un nexo entre los israelíes asesinados –Alon Azulay y Benjamín Yeshurun Sutchi– y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con los expedientes, ambos tenían empresas en Oaxaca, Puebla, Guanajuato, Querétaro y Ciudad de México, que aparentemente utilizaban como fachadas de operaciones fraudulentas: presuntamente lavaban dinero para la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Sin embargo, según la policía, los israelíes intentaron robar o estafar a la agrupación criminal.
Los mensajes encontrados en sus celulares detallaron que fueron miembros del CJNG quienes concretaron una cita con Alon Azulay y Benjamín Yeshurun. Supuestamente, al principio ambos se negaron. Pero cuando el punto de reunión acordado se estableció en un sitio público, los dos accedieron pensando que estarían a salvo.
Los videos del ataque mostraron la planificación de los homicidas: unos se encargaron de distraer al personal de seguridad mientras el resto se encaminó al restaurante donde comían las víctimas.
Tras el tiroteo, solo una mujer fue detenida. Fue identificada como Esperanza Gutiérrez, y las autoridades la perfilan como líder de un grupo de sicarios.
Ella sabía que contaría con la distracción afuera de la plaza, sabía cómo llegar al restaurante y sabía cómo acercarse a tan solo unos pasos de sus víctimas. Sin embargo, admitió desconocer el motivo del crimen y la identidad de los israelíes.
En su declaración, la mujer señaló que su ocupación era ser “gatillera” (pistolera) y que por el asesinato de los dos israelíes le habían pagado 5,000 pesos mexicanos (USD 262) y que sus acompañantes -las autoridades han señalado la presencia de al menos otras cuatro personas- son integrantes del CJNG.
La policía también identificó la presencia de un mando con importancia jerárquica dentro de la estructura del CJNG, quien al parecer coordinó todo a la distancia, desde un punto oculto de la plaza. Su rostro quedó grabado en video y se sabe que tras lo ocurrido abandonó la ciudad.
Los israelíes
Benjamín Yeshurun Sutchi fue identificado por distintos medios israelíes como un ex convicto. Presuntamente fue detenido a finales de la década de los noventa tras verse involucrado en el asesinato del hijo de Ezequiel Aslan, otro presunto delincuente.
Supuestamente, Sutchi logró escapar de prisión en 2001 con ayuda de un policía corrupto, al más puro estilo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Junto al criminal Erez Akrishevsky huyó rumbo a América Latina.
Los dos israelíes asesinados contaban con visas de trabajo en México que vencen en el año 2022. Ninguno estaba armado al momento del ataque en el centro comercial ni tampoco tenían a su alrededor un operativo de seguridad respaldándolos que fuera visible.
Con información de El Hormiguero