El gusto por la música no conoce de edades. Así lo demuestran los abuelitos del asilo Haus am Parken, en Alemania, quienes preparan por sexta ocasión su visita al Wacken Open Air, el festival de heavy metal más grande del mundo.
El evento, que se realizará esta semana a las afueras de un pueblo rural al norte de Hamburgo, esta hecho sólo para los más resistentes, ya que se realiza en una temporada caracterizada por el fuerte viento, la lluvia y el lodo.
Eso, sumado al hard rock y los 70 mil metaleros que acudirán, es una prueba difícil de superar.
Sin embargo, los residentes del asilo no tienen nada que temer, ya que han acudido al festival desde 2014 y por ello, al abordar el autobús que los llevará hasta ese temporal recinto musical, los 13 asistentes no dudaron en hacer la típica señal de la mano cornuda, con los dedos índice y meñique extendidos.
A bordo estaba Ilse Schaefer, de 92 años, quien se sentía tan emocionada que gritó con todas sus fuerzas “¡Wackeeen!”, mientras los otros 12 metaleros siguieron su ejemplo, incluido el más anciano del grupo, que tiene 95 años.