“El tirador era Connor Betts, un hombre blanco de 24 años”, dijo Matt Carper, asistente del jefe de la Policía de Dayton, en una conferencia de prensa. Megan Betts, “una mujer blanca de 22 años”, se encuentra entre las víctimas, dijo. Según el funcionario policial, “es la hermana” del tirador.
El joven, equipado con un chaleco antibalas y un rifle de asalto, abrió fuego en una zona de bares y ocio de Dayton alrededor de la 01:00 del domingo. Dejó nueve muertos y 27 heridos en menos de un minuto antes de ser abatido a tiros por policías que patrullaban el área.
La Policía lanzó una investigación sobre su entorno y en las redes sociales para tratar de determinar las razones de su acto, pero se negó a “especular” antes de saber más.
Su hermana es la más joven de los asesinados, según Carper, que identificó a las otras ocho víctimas como tres mujeres y cinco hombres de entre 25 y 57 años. Todos murieron mientras se encontraban en la calle.
La tragedia se produjo 13 horas después de otro tiroteo masivo el sábado cerca del mediodía en un concurrido centro comercial de El Paso, en la frontera con México.
El atacante en este caso, también un hombre blanco, de 21 años, mató a 20 personas, incluidos tres mexicanos, e hirió a 26 antes de ser detenido por la policía. Las autoridades solicitarán para él la pena de muerte.
La policía sospecha en su caso una motivación racista. Un manifiesto que circula en internet y que se le atribuye denuncia una “invasión hispana de Texas”.
Milenio