Los incendios en la Amazonia y el recrudecimiento de las tensiones comerciales centraron ayer los debates en el primer día del G7 en el sur de Francia, cumbre bajo tensiones y divisiones internas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anfitrión del evento que se celebra en la ciudad de Biarritz, llamó a una “movilización de todas las potencias”, “en asociación” con Sudamérica, para sofocar el fuego en la Amazonia.
Francia, que mantuvo un áspero pulso el viernes con su par brasileño, Jair Bolsonaro, ha amenazado con bloquear el acuerdo de libre comercio alcanzado en junio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur por las “mentiras” del ultraderechista en materia de compromisos ambientales.
Sin embargo, el gobierno español y alemán temperaron el ímpetu de Macron, afirmando que oponerse al pacto comercial no es la respuesta apropiada.
El premier británico, Boris Johnson, apoyó esa postura, pues se dijo “reacio” a bloquear el pacto por lo sucedido en la Amazonia, estimando que ya hay suficientes problemas comerciales.
No obstante, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideró “difícil de imaginar” un pacto con el Mercosur ( formado por Argentina, Paraguay, Uruguay Brasil) mientras la Amazonia arde.
“Por supuesto respaldamos el acuerdo (…) pero es difícil imaginar una ratificación de Europa mientras Brasil permite la destrucción del pulmón verde de la Tierra”, dijo Tusk a la prensa.
Además, señaló como imposible que Rusia vuelva al G7, del que fue parte de 2002 a 2014, cuando fue expulsado por su anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea; actualmente la cumbre es formada por EU, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Japón.
En otro de los frentes de la cumbre, Boris Johnson pidió a Donald Trump que elimine las “considerables barreras” para las empresas británicas que quieren exportar al mercado estadunidense.
Trump, por su parte, aprovechó para decir que bromeaba cuando el miércoles miró al cielo y se proclamó “el elegido” para enfrentarse a China, acusando a los medios de criticarlo, pese a que sabían que era un “sarcasmo”.
Y ADEMÁS “PRUEBE NUESTRO VINO, SEÑOR TRUMP”
El gobernador de la región Paca (sur de Francia), Renaud Muselier, envió dos cajas de vino a Trump, después de que éste amenazara con imponerles aranceles. “Beba nuestro vino rosado, ¡no le imponga tasas!” dijo el dirigente local. No obstante, tras un almuerzo entre el republicano y Macron, la presidencia elísea dijo que ambos coincidieron en algunos temas, como el comercio.
Con información de Milenio