París vive este viernes una jornada de caos a causa de un paro masivo del transporte público en rechazo de la reforma de las pensiones, que afecta a cientos miles de ciudadanos que se han visto obligados a trasladarse a sus destinos por otros medios.
Diez de las 16 líneas de metro están completamente cerradas, cuatro funcionan parcialmente durante las horas pico y solo circulan con normalidad las dos automatizadas pero con una afluencia muy superior a la habitual, reportó Radio Francia Internacional (RFI).
En los trenes de cercanías, las dos principales líneas (RER A y RER B, esta última el principal acceso a los dos aeropuertos de la capital) tienen un servicio muy limitado. Además un promedio de tres autobuses y muy pocos trenes de cercanías están dando servicio.
Los empleados de RATP, empresa pública que gestiona la red de Metro de París y otros transportes urbanos e interurbanos de la capital francesa y de su área metropolitana, están en huelga contra la reforma de pensiones en general y para salvaguardar sus beneficios específicos.
El paro, convocado por los sindicatos representativos de la RATP, es la primera gran protesta tras las vacaciones de verano contra la reforma de las pensiones que promueve el Gobierno del presidente Emmanuel Macron, y cuyo eje principal es crear un sistema universal para reemplazar a los más de 40 sistemas que hay en la actualidad.
La huelga de este viernes abre una larga serie de movilizaciones ya programadas contra la reforma de las pensiones. El próximo lunes están convocados a un paro colectivos como médicos, enfermeras, fisioterapeutas, pilotos de línea o personal de cabina de los aviones.
Los trabajadores del metro de París, así como los empleados de otras profesiones que desempeñan labores consideradas difíciles o peligrosas, perderían así los beneficios asociados a sus regímenes especiales, que actualmente les permite, por ejemplo, jubilarse antes que los demás franceses.
El auditor del Estado francés, el Tribunal de Cuentas, afirma que la edad media de jubilación de los trabajadores de la RATP en 2017 era de 55,7 años, frente a los 63 años de la mayoría de los trabajadores franceses.
El pasado jueves, el primer ministro Édouard Philippe prometió “tomarse el tiempo” para elaborar el nuevo sistema de pensiones para que sea adoptado por el Parlamento en el verano boreal de 2020.
Esta huelga se perfila como la mayor en los transportes de París desde 2007, cuando el expresidente Nicolas Sarkozy impulsó una reforma de las pensiones que retrasó la edad de jubilación de la mayoría de los funcionarios públicos.
Con información de Aristegui noticias