No es broma. En el límite entre Chueca y Malasaña, en el número 4 de la calle Santa Brígida, Be Lover Erotic Market, la tienda erótica más grande de Madrid, ha citado a más de una docena de periodistas para darnos un ejemplo de los talleres que realizan habitualmente.
Coloquios sobre sexo y juguetes sexuales en los que los asistentes pueden explorar un nuevo mundo de placeres. Nada tiene que ver con aquel aspecto oscuro y turbio que solían tener los sex shop hace unos años. Ahora, todo es color y luminosidad. Y su principal público, el femenino. Así que nos hablan, por supuesto, de los succionados de clítoris, el último grito de esta industria.
Aunque también hay para ellos: los huevos masturbadores, son un ejemplo de la variedad de juguetes que llenan los estantes para el público masculino. Sin embargo, nos cuentan que se acerca una nueva revolución: la de los vibradores que se manejan desde los móviles.
De hecho, ya existen (y hasta los tienen en Be Lover Erotic Market), pero su explosión en el mercado aún está por llegar. Se trata de la llegada del Internet de las cosas al mundo de los juguetes sexuales. La mayor parte de ellos, vibradores (para todos los públicos) que se manejan desde una aplicación móvil.
Simplemente hay que colocarlos en su lugar y elegir los modos de uso desde nuestros teléfonos y con las posibilidades que esto permite, como el juego para parejas que tienen una relación a distancia: “Tú puedes estar en Londres con un juguete puesto y yo desde Madrid activarlo”, dice uno de los dueños de la tienda.
Pero quizás el más curioso es el que menciona Ana Lombardía, la psicóloga y sexóloga que colabora con la tienda: “Hay uno que puedes sincronizar para que cuando acabes el orgasmo te pida una pizza”. Se trata del RubGrub, un botón, similar a los creados por Amazon para pedir la compra desde casa, desarrollado por la plataforma de vídeos eróticos CamSoda y diseñado para colocarse en el vibrador Lovense Nora (aunque se puede comprar por separado).
También funciona a través del móvil, donde tenemos que introducir nuestros datos para que, al pulsar el botón, se haga el pedido.
Con información de El País