Siete personas murieron después de que un bombardero B-17 de la Segunda Guerra Mundial se estrelló mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional Bradley en Connecticut, dijeron las autoridades.
Las siete personas estaban en el avión, dijo James Rovella, comisionado del Departamento de Servicios de Emergencia y Protección Pública, en una conferencia de prensa el miércoles por la noche.
Otras seis personas que iban en el avión sobrevivieron. Rovella dijo que no podía dar los nombres de las víctimas porque no todas las familias han sido notificadas.
Trece personas en total, 10 pasajeros y tres miembros de la tripulación, estaban a bordo cuando el Boeing B-17 Flying Fortress se estrelló al final de una pista, dijeron las autoridades. Una persona en tierra resultó herida, dijo Rovella.
Dos bomberos estaban a bordo del avión, dijo previamente el jefe adjunto de Simsbury Volunteer Fire Company, Kevin Kowalski. Kowalski no proporcionó los nombres de los bomberos ni detalles sobre su condición.
La aeronave cuenta con un registro civil y no era controlada por el Ejército en el momento del accidente, dijo la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).
El B-17 esperó unos minutos para que se despejara la turbulencia de una aeronave anterior antes de que se le diera autorización para el despegue, según el audio de control de tráfico aéreo de la FAA grabado por el sitio web LiveATC.net.
Pero poco después del despegue, el piloto le dijo al control de tráfico aéreo: “N93012 quisiera regresar al campo”.
“¿Cuál es la razón para volver?”, preguntó el controlador.
“Tienes el motor número 4. Nos gustaría regresar y apagarlo”, dijo otro piloto en el avión.
Un piloto dijo que necesitaba aterrizar inmediatamente y la torre de control desvió otros aviones que estaban a punto de aterrizar, indica la grabación.
Después de que el B-17 se estrellara al final de una pista, una nube de humo negro surgió de la escena.
Jennifer Homendy, de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, dijo que el avión golpeó los postes del sistema de aterrizaje por instrumentos y se desvió a la derecha. Atravesó un área cubierta de hierba y luego una calle de rodaje y siguió hasta una instalación de descongelamiento.
El departamento de salud del estado aconsejó al público que no entre en contacto con la espuma contra incendios que puedan encontrar en el río Farmington o sus orillas. También desaconseja la pesca en el río.
El avión pertenecía a la Fundación Collings, según la cuenta de Twitter del aeropuerto.
Un evento llamado “Wings of Freedom Tour”, con el B-17 y otros aviones, estaba programado para el jueves, dijo la fundación en su sitio web.
Los asistentes pueden pagar por diversas experiencias a bordo de los aviones exhibidos, incluso volar en ellos, según el sitio web.
La Fundación Collings dijo que está “por siempre agradecida por los heroicos esfuerzos de los servicios de emerngencia en Bradley”.
“Nuestros pensamientos y oraciones están con aquellos que estaban en ese vuelo”, dijo la fundación en un comunicado a CNN.
“El equipo de vuelo de la Fundación Collings está cooperando plenamente con las autoridades para determinar la causa del accidente del B-17 Flying Fortress y hará más comentarios cuando se conozcan los detalles”.
La fundación es una organización educativa sin fines de lucro de 40 años que organiza y apoya “eventos de ‘historia viva’ y la preservación, exhibición e interacción de artefactos históricos que ayudan a los estadounidenses a aprender más sobre su patrimonio”, según su sitio web.
Considera el Wings of Freedom Tour como un “foco principal” de sus esfuerzos, afirma el sitio.
Mientras que unos 13.000 de estos aviones salieron de la línea de ensamblaje, solo un puñado de ellos siguen volando, generalmente para espectáculos aéreos y eventos especiales. Estos son los famosos bombarderos que ayudaron a los Aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial.
El aeropuerto está en Windsor Locks, a unos 24 kilómetros al norte de Hartford. Reabrió unas tres horas después del accidente.
Con información de CNN