Las fuerzas de seguridad iraquíes abrieron fuego este viernes contra manifestantes que se reunieron por cuarto día consecutivo en la céntrica plaza Tahrir para protestar contra la corrupción, el desempleo y la falta de servicios básicos, movimiento que ha dejado unos 46 muertos y casi mil 650 heridos.
Los agentes del orden dispararon directamente sobre decenas de manifestantes y no al aire como en los días anteriores, provocando que los inconformes se dispersaran por las calles vecinas, reportó la cadena de televisión qatarí Al Yazira, sin precisar si se produjeron víctimas.
Pese al toque de queda en vigor desde el jueves en Bagdad y otras tres regiones, decenas de manifestantes se concentraron desde esta mañana en varios puntos de la capital iraquí, si bien se espera que la participación aumente después del mediodía, tras el rezo musulmán de los viernes.
En una inusual intervención, el principal clérigo chiíta, Ali al-Sistani, exhortó a los manifestantes y a las fuerzas de seguridad evitar la violencia, pero también pidió al gobierno responder a las legítimas demandas del pueblo iraquí.
“Es triste que haya habido tantas muertes, bajas y destrucción”, dijo al-Sistani durante un sermón en la ciudad santa de Kerbala.
“El gobierno y los políticos no han respondido a las demandas de la gente de luchar contra la corrupción ni han logrado nada en el terreno. El Parlamento tiene la mayor responsabilidad de lo que está sucediendo”, apuntó.
El Parlamento iraquí convocó a una sesión para mañana sábado para discutir las demandas de los manifestantes, cuyas protestas comenzaron el pasado 1 de octubre, y se han extendido al sur del país.
Anoche, a través de un mensaje televisado a la nación, el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, llamó a la población a abstenerse de realizar protestas y pidió tiempo para aplicar las reformas que prometió a su llegada al poder, hace un año.
Según cifras de la Alta Comisión Independiente de Irak para los Derechos Humanos, al menos 46 personas han muerto y cerca de mil 650 han resultado heridas, incluidos unos 360 miembros de las fuerzas de seguridad, durante las manifestaciones.
Irak ha sido escenario en los últimos meses de otras protestas por los mismos motivos, a pesar de las promesas del gobierno del primer ministro Mahdi, formado en octubre de hace un año, de hacer frente a los acuciantes problemas económicos que vive el país.
Con información de Aristegui noticias