En menos de un año de existencia, el movimiento Extinction Rebellion (‘Rebelión contra la extinción’, conocido también como XR) ha logrado atraer cientos de miles de participantes y organizar una serie de acciones multitudinarias por todo el planeta. Este lunes, empezó lo que denominan ‘Rebelión Internacional’: marchas, mítines y ‘ocupaciones’ en 60 ciudades del mundo, llamando la atención a la necesidad de medidas urgentes para combatir el calentamiento global.
Objetivos
Según el sitio de Extinction Rebellion, tienen tres exigencias para los Gobiernos: “decir la verdad”, “actuar ahora” y “ser guiados por las decisiones de una Asamblea Civil del Clima y Justicia Ecológica” que sea “ajena a la política”.
El cumplimiento de esas exigencias podría reducir a cero las emisiones del carbono para el año 2025, opinan los ambientalistas.
Expansión
El grupo se formó el 31 de octubre del 2018 durante una asamblea de cerca de 1.000 personas en Londres. Desde el inicio, la desobediencia civil pacífica, elegida por la organización como el método principal de su lucha política, se volvió masiva y llevó a arrestos de decenas de participantes.
“Dada la magnitud de la crisis ecológica a la que nos enfrentamos, esta es la escala de expansión adecuada. Ocupar las calles para provocar un cambio como lo hicieron nuestros antepasados antes que nosotros. Solo este tipo de perturbación económica a gran escala puede llevar rápidamente al gobierno a la mesa para discutir nuestras demandas”, dijo en noviembre a The Guardian uno de los organizadores de las acciones, Gail Bradbrook.
Ya el 17 de noviembre, la XR adquirió alcance internacional, al realizar acciones en varias ciudades de Irlanda, Estocolmo, Copenhague, Nueva York y Madrid. Desde entonces, el movimiento siguió expandiéndose geográficamente, aunque la parte más activa del movimiento se ubica en el Reino Unido: según la propia XR, cerca del 70% de los miembros de su lista de correo viven en el Reino Unido.
Estructura
Uno de los principios del movimiento consiste en la descentralización, es decir, la ausencia de una jerarquía entre los individuos y colectivos que se unen a él.
“Cualquier persona o grupo puede organizarse de manera autónoma en torno a los problemas que se sienten más apremiantes para ellos, y tomar medidas en nombre y conforme el espíritu de Extinction Rebellion”, informa el sitio de la XR.
Al mismo tiempo, se promueve la idea de la especialización voluntaria de algunos miembros de los colectivos integrantes.
Según el sociólogo Alex Hensby, de la Universidad de Kent, esa estructura corresponde perfectamente a las necesidades del movimiento que lucha contra un problema global a nivel local.
“Como táctica, puede ser extremadamente eficaz para movilizar a un gran grupo de personas y al mismo tiempo mantener una sensación de cercanía”, dijo el investigador este lunes a Wired.
Membresía y financiación
Según una presentación publicada por el movimiento en septiembre, tiene 351 grupos integrantes de 248 ciudades en 156 países del mundo.
Dada la estructura descentralizada, el número de participantes de la XR es desconocido. En redes sociales, el movimiento cuenta con 292.000 seguidores en Twitter, 336.000 en Facebook y 491.000 en Instagram.
Conformada por la red de voluntarios, la organización recauda los recursos a través de la financiación colectiva. Desde marzo hasta septiembre, logró atraer más de 1 millón de dólares.
Con información de RT