Aunque el final de Sex and the City y de las dos películas a las que dio pie no dejó casi ningún fleco suelto ni dio grandes sorpresas, a día de hoy todavía siguen apareciendo nuevas teorías acerca, por ejemplo, de cómo podía permitirse Carrie Bradshaw comprar tantos pares de Manolo Blahnik con un sueldo de periodista.
Otra interesante versión
Ahora, la actriz protagonista, Sarah Jessica Parker, ofreció a los fans una de su propia cosecha que resulta bastante más siniestra y hace referencia a las otras tres protagonistas de la historia, que en su opinión podrían ser simplemente un producto de la imaginación de su personaje o un recurso literario que utilizaba para encarnar distintos arquetipos de la población femenina de Nueva York a finales de los 90 y principios del 2000.
«A veces, solo por fastidiarme a mí misma, me pongo a darle vueltas a la cabeza: ¿y si resulta que Samantha, Charlotte y Miranda no eran reales? Piénsalo: ¿podría habérselas inventado Carrie? Se supone que cada semana narraba una historia diferente (en la columna que escribía para un periódico) y siempre desde su punto de vista. Ella es la única narradora», apuntó durante una charla con el portal News.com.au.
La prueba que ofrece para demostrar que no se trata de una idea descabellada es la siguiente: cuando Carrie se marcha temporalmente a París en la última temporada para acompañar a uno de sus novios, deja por primera vez de escribir y la voz en off que narraba su vida personal y la de las otras mujeres desaparece automáticamente.
«Por primera vez no está contándonos la historia. Piénsalo un momento, se trata de la primera vez que eso sucede en toda la serie. Dejó atrás su computadora, que era el salvoconducto para que la audiencia conociera a Charlotte, Miranda y Samantha«, señaló.
En cualquier caso, la intérprete considera que los vínculos que unían a las cuatro mujeres en la ficción seguirían siendo igual de importantes tenga ella razón o no.
«La forma en que se describía esa amistad femenina, como una fuente de alegría, de apoyo y una necesidad… Creo que eso fue lo que realmente consiguió que los espectadores conectaran con la historia, porque ellos también sentían lo mismo o querían sentirlo».
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Con información de Vanidades