Es ampliamente aceptado que la gripe y el torrente de síntomas incómodos que la acompañan deben evitarse a toda costa.
Pero algunas almas desinteresadas se han inscrito para contraer la infección, de modo que algún día, quizá, ninguno de nosotros tenga que soportarla nunca más, y también se les paga.
Los científicos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas están infectando a los sujetos con influenza A (el infame virus H1N1, que ha causado pandemias) y están monitoreando de cerca sus síntomas para comprender mejor cómo funciona el virus y cómo controlarlo.
Por una atractiva suma de hasta 3.300 dólares, 80 participantes adultos en cuatro centros de investigación recibirán un aerosol nasal con el virus y pasarán al menos una semana en un hospital para pacientes hospitalizados hasta que hayan dejado de “diseminar” el virus, es decir, potencialmente infectando a otras personas.
Mientras los voluntarios tosen, se agitan, duermen y tiemblan, los investigadores esperan saber cómo los niveles de anticuerpos preexistentes contra la gripe afectarán la duración y la gravedad de los síntomas de la gripe de los participantes.
El estudio se extiende ahora hasta mayo (el final de una temporada típica de gripe) en las unidades de investigación de vacunas de la Universidad de Maryland, Baltimore, el Centro de la Universidad de Saint Louis para el Desarrollo de Vacunas en Missouri, la Universidad de Duke en Carolina del Norte y el Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati en Ohio.
Comprender cómo funciona la gripe es vital para derrotarla: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. estiman que entre 36.400 y 61.200 personas murieron de gripe en Estados Unidos entre octubre de 2018 y mayo de 2019, y más de medio millón de personas fueron hospitalizadas.
La gripe puede volverse mortal cuando hay otras infecciones involucradas, cuando agrava otra condición de salud o cuando hay una respuesta inmune abrumadora a la infección. Está relacionado con complicaciones graves, como neumonía, ataque cardíaco y sepsis.
Aunque las vacunas anuales contra la gripe no son infalibles (los científicos y los médicos no pueden estar seguros de qué cepa reinará en cada temporada de gripe) son la mejor manera de evitar la infección y detener su propagación. Las personas infectadas con la gripe pueden tratarla con medicamentos antivirales que acortan su duración y gravedad.
Con información de CNN Noticias