Tres turistas mexicanos, dos mujeres y un hombre, han sido acuchillados este miércoles en los accesos a las ruinas romanas de Gerasa (40 kilómetros al norte de Ammán), uno de los principales hitos en los circuitos para turistas en Jordania.
La prensa local informó de que la policía ha detenido al agresor, que también causó heridas a una ciudadana suiza y a un guía y un guardia de seguridad jordanos en el recinto arqueológico. Todos los heridos han sido evacuados a un hospital con lesiones de distinta consideración que no hacen temer por su vida.
El Ministro de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ha dicho que los heridos mexicanos se encuentran estables y ha asegurado desconocer todavía el motivo detrás del ataque.
Grabaciones de vídeo obtenidas por un guía turístico muestran a una mujer que pide ayuda en español. “¡Es un puñal, un puñal, una navaja!”, grita la turista mientras muestra a un hombre sentado con una gran mancha de sangre en el pecho. “¡Por favor, ayuda aquí a él!”.
En otra escena, en medio de un caos de salpicaduras sangrientas, una mujer yace tendida en el suelo mientras otra persona tapona una gran herida en la espalda. A su alrededor, grupos de jordanos reclaman ayuda urgente y anuncian la rápida llegada de ambulancias.
En contra de las primeras informaciones que circularon sobre el ataque, entre las víctimas no habría ciudadanos españoles afectados, según los datos recibidos por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que apuntan que debe esperarse a que haya una confirmación oficial de las autoridades jordanas, informa Lucía Abellán.
Pese al patente despliegue de seguridad pública y el reconocimiento internacional de sus servicios de inteligencia, Jordania no ha quedado a salvo de la amenaza del terror global. En 2005, atentados suicidas encadenados contra tres hoteles de la capital se cobraron 60 muertos y 115 heridos.
En 2016, un grupo armado mató a una turista canadiense, a dos civiles jordanos y a siete policías en varios ataques perpetrados en torno al castillo de Karak, una fortaleza templaria del siglo XII situada 120 kilómetros al sur de Ammán, donde la policía abatió a cuatro atacantes.
Unos 2.000 yihadistas jordanos se alistaron en los grupos de la filial de Al Qaeda en Siria y otros 800 combatieron en las filas del Estado Islámico. Muchos de ellos han regresado a su país.
Fiel aliado de Washington y único Estado de la región, junto con Egipto, que ha firmado un tratado de paz con Israel, Jordania fue una de las pocas naciones que se libró de los sobresaltos de la primavera árabe en 2011.
El rey Abdalá II se comprometió entonces a impulsar un proceso de reformas que no se han acabado de aplicar. Una masiva ola de protestas populares provocó la destitución del primer ministro en 2018.
A pesar de la crisis económica y de la tensión en los países vecinos, el reino hachemí ha podido mantenerse como un islote relativamente pacífico en medio de la tempestad de Oriente Próximo.
El turismo, que representa un 14% del producto interior bruto, se ha recuperado en los últimos, según fuentes del sector, y la cifra de visitantes se ha incrementado un 40% desde 2017.
Petra, joya de la cultura nabatea, fue el principal destino el año pasado con más de un millón de visitas de extranjeros, junto con el desértico Wadi Rum y el mar Muerto.
En Gerasa se conservan restos de un hipódromo, dos teatros, dos termas, dos templos dedicados a Zeus y a Afrodita, 15 iglesias bizantinas, una calle mayor porticada de 800 metros y una plaza oval (foro) circundada por 63 mastodónticas columnas jónicas.
Con información de El País