Tras un lunes de rumores y denuncias de las empresas gasolineras, Pemex ha reconocido la noche de este lunes que sufrió un ciberataque. La petrolera mexicana especifica a través de un comunicado que el domingo recibió “intentos de ataques cibernéticos que fueron neutralizados oportunamente”.
Ante las informaciones que circulaban por las redes sociales a cerca de un posible daño en el sistema de suministro, la empresa enfatiza que solo vio afectados un 5% de sus equipos y que “la producción, abastecimiento e inventarios de combustible están garantizados”.
La madeja empezó a enredarse este lunes por la mañana, cuando la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) afirmó que ya desde el viernes (8 de noviembre) la petrolera sufría un ataque en su filial Pemex Transformación Industrial que estaba afectando a las operaciones de comercialización.
Los problemas, en concreto, se concentraban en la parte de facturación tanto en las operaciones digitales como en “terminales de almacenamiento, asesores comerciales y administrativos”, según un comunicado de la patronal gasolinera.
Amegas alertó también que se habían visto afectado el suministro de algunas pipas, aunque matizó que el servicio al consumidor final no corría peligro gracias a los tanques de reserva, con capacidad para tres días.
En redes sociales se multiplicaban las informaciones, incluyendo un supuesto comunicado de la propia Pemex, admitiendo la existencia de un virus que “tiene la capacidad de bloquear la pantalla del equipo de cómputo o cifrar archivos importantes predeterminados con una contraseña”. La petrolera negó la veracidad del comunicado.
Pemex lleva años atravesando una etapa peliaguda. Es la petrolera pública más endeudada del mundo -más de e 100.000 millones de dólares- y acumula un lustro en números rojos.
En la primera mitad de 2019, registró un resultado negativo de más de 4.500 millones de dólares.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha asumido casi como una misión personal, el salvamento de la compañía.
En los diez meses de Gobierno mexicano, han rebajado la carga fiscal a la que se ve sometida la petrolera, han anunciado aportaciones de capital y la construcción de una refinería con un presupuesto de 8.000 millones de dólares para poner de pie, en tres años, una planta capaz de procesar 340.000 barriles de petróleo al día.
Con información de El País