El Gobierno alemán ha aprobado esta semana un nuevo proyecto de ley para sancionar a quienes tomen fotografías por debajo de las faldas o de los escotes sin consentimiento. Hasta ahora, este tipo de actos no estaban castigados en Alemania, donde el texto debe aún ser aprobado en el Parlamento.
“Fotografiar a una mujer por debajo de la falda o del escote es una violación de la privacidad humillante e injustificable. A menudo, esas fotos se comparten en chats o incluso se distribuyen comercialmente. Castigaremos esas acciones contra la privacidad de las mujeres en el futuro”, indicó la ministra de justicia, la socialdemócrata Christine Lambrecht.
Para ello, se modificará el artículo 201a del Código Penal, que castiga con una multa o pena privativa de libertad de hasta dos años para quien sin autorización utilice una grabación de otra persona o la haga accesible a un tercero. Hasta ahora, solo había castigo penal si el agresor tocaba a la víctima o la insultaba y humillaba.
También conocida como upskirting, la grabación sin consentimiento bajo las faldas ha proliferado por las posibilidades que ofrecen los teléfonos móviles para capturar imágenes en lugares públicos.
“Una mujer afectada, tendría que acudir a su agresor y pedirle que borre las fotos o los vídeos, eso en el caso de que hubiera sido consciente de la grabación. Solo si el agresor se niega, podría iniciarse un complicado proceso civil”, escriben en la petición en la que exigen sanciones penales como la que ahora el Gobierno propone. Seidel, explica que en el pasado fue dos veces víctima del upskirting, una vez cuando tenía 13 años, durante un viaje escolar en el que un profesor grabó debajo de su falda; y otra vez, con 16 años, en un festival de música, donde un hombre la fotografío también desde abajo. “Estos son ataques de violencia sexual contra las mujeres en público, que pueden generar daños profundos”, dice el texto de la petición.
El nuevo texto legislativo alemán prohíbe además tomar imágenes de personas muertas, de manera que puedan resultar ofensivas, y distribuirlas, protegiendo así el derecho a la privacidad postmortem. “Fotografiar a heridos o muertos por puro sensacionalismo viola las reglas básicas de la decencia humana”, sostuvo Lambrecht. “Se trata de evitara que los familiares sean sometidos a un sufrimiento adicional con la distribución de imágenes de sus padres o hijos muertos”, añadió la ministra.
Con información de El País