La muestra, Fire & Earth (Fuego y Tierra) se inaugurará este día 23 y está integrada por 28 cerámicas. La obra fue curada por Trine Ellitsgaard, viuda del artista. Para el director de LAM, William Sheehy, el trabajo del oaxaqueño “no es cultura rápida, es cultura que se fue alimentando de la historia”. Parte de las piezas abordan la violencia y la desaparición de personas, uno de los temas más graves y sensibles de México.
“Para mí, Toledo es uno de los últimos grandes artistas. Mucho de lo que me interesa del arte de Latinoamérica es el diálogo entre lo ancestral y lo moderno, y eso es muy interesante porque el arte resuena de una manera atemporal, puede hablar de un momento histórico, pero en realidad va más allá y eso me parece muy emocionante, eso no se ve muy seguido”, señaló.
Mencionó su admiración por la obra de Toledo desde hace más de 40 años y reconoció que aún no la ha admirado completamente.
“Como suele suceder con cualquier gran artista, nunca se puede llegar al fondo y eso es muy emocionante. No puedo predecir el futuro, pero me gusta pensar que, de alguna manera pequeña, he contribuido a hacer que su obra tenga un mayor alcance para el público. Obviamente, nunca hubiera podido hacer nada de eso sin el apoyo del artista”, añadió.
Sheehy consideró Fire & Earth como una oportunidad para apreciar a un singular artista famoso por su pintura y sus grabados. Dijo:
“Considero que, entre los artistas más importantes, Francisco Toledo tenía un gran talento como escultor y trabajando en tres dimensiones, ya que cuenta con la riqueza de las superficies que normalmente asociamos con la pintura, combinando con un uso muy imaginativo de los materiales”.
El director de LAM agradeció también el apoyo de la familia del artista, a quien calificó como “uno de los artistas más grandes de todos los tiempos”, y señaló que “es un privilegio poder haber estado en este planeta al mismo tiempo que él”
“Estaba tan impresionado con la exposición, nunca había visto a nadie trabajar como Francisco, con tantos materiales, con tanto talento y con una profunda conexión con la naturaleza, con la estética de la naturaleza, los colores, las texturas, sin pasar por alto la manera en la que producía aquellos elementos en conjunto, como una manera de hablar sobre el mundo de los humanos y conectar ambos mundos”.
Sheehy abrió su galería en 1987 y siguió la carrera del mexicano. Fue hasta el año 2000 cuando Toledo, su esposa Trine Ellitsgaard y sus hijos Sara y Benjamín, vivieron en Santa Mónica, California, permitiéndole al galerista relacionarse con él.
“El maestro ha sido una gran fuente de inspiración en mi vida desde entonces. Presentar Fire & Earth es un gran honor, no creo que haya habido antes una exposición individual de cerámica de Francisco Toledo en Estados Unidos, así que, desde un punto de vista histórico, me complace mucho estar involucrado en este proyecto”, apuntó.
En ese sentido, Sheenhy confió en que, dentro de pocos años, el acceso al arte no sea para gente rica o para especuladores en las subastas en Nueva York y que deje de tratarse del dinero para volver a enfocarse en el concepto, la estética y el espíritu humano:
“Tengo la esperanza de que cada vez más gente tendrá la oportunidad de ver el arte latinoamericano. Muchas de las instituciones van a necesitar tener piezas importantes de arte latino, porque la demografía del mundo está cambiando y el mundo va a dejar de ser eurocéntrico, muchas de las figuras relevantes en la cultura tendrán más y más presión para ser más incluyentes”.
Con información de Proceso