Un feminicidio, la falta de seguridad y el acoso sexual, detonaron el movimiento que sacude hasta sus cimientos a la Universidad de Guanajuato, una de las instituciones más prestigiadas del país.
Ana Daniela Vega, una joven de 24 años, quien recientemente había concluido sus estudios de Biología Experimental en esa universidad, fue reportada como desaparecida el sábado 30 de noviembre. Su hermano pidió ayuda a través de redes sociales, la cual se viralizó rápidamente, impulsada principalmente por compañeros de la Universidad de Guanajuato.
Los padres de la joven viajaron desde Irapuato, donde residen, para buscar a su hija. La encontraron sin vida por la noche, tendida en el piso de su habitación.
El reporte oficial de los cuerpos de emergencia consignaba que la joven fue hallada con un objeto alrededor del cuello, por lo que los medios locales reportaron el domingo que la universitaria se habría suicidado.
Esta versión provocó indignación en la comunidad universitaria, lo que desató intensas movilizaciones primero en redes sociales y posteriormente en las calles de Guanajuato y en los campus universitarios, exigiendo el esclarecimiento del feminicidio, una mayor seguridad y terminar con el acoso sexual que, aseguran, existe en la institución.
Desde el pasado miércoles 4 de diciembre, la mayoría de las instalaciones de la Universidad ( la institución tiene 24 sedes de educación superior y 11 de media superior en el estado) amanecieron cerradas al tiempo que los estudiantes realizaron intensas movilizaciones para invitar a la ciudadanía a apoyar sus peticiones. Las protestas, todas de forma pacífica y bajo el hashtag #NiUnaAbejaMenos, se extendieron a cinco municipios.
El 3 de diciembre, la Fiscalía informó que la joven había muerto por asfixia, y que el caso se investigaba siguiendo los protocolos de feminicidio.
Días después, el jueves 6 de diciembre, el fiscal general del Estado, Carlos Zamarripa, reveló en conferencia de prensa que Jonathan “N”, exnovio de Ana Daniela, habría ahorcado a la joven entre la noche del viernes y la madrugada del sábado 30 de noviembre.
Zamarripa mostró fotografías de diversas cámaras de seguridad que ubican al presunto responsable en el departamento donde vivía Ana Daniela. Las imágenes muestran el momento en que llegó a visitarla y también cuando horas después salió corriendo del lugar.
Esa misma tarde, el fiscal anunció la captura del novio de Daniela, la cual se llevó a cabo en la ciudad de León.
Este sábado 7 de diciembre, los estudiantes presentaron ante las autoridades universitarias un pliego petitorio en el que exigían les sea garantizada su seguridad, la investigación y sanción del acoso dentro y fuera de la institución, así como una disculpa pública del gobernador y del rector general, por las omisiones cometidas ante asesinatos y desapariciones de alumnos en todo el estado.
Les dieron como plazo hasta la medianoche para que las autoridades universitarias y de gobierno emitieran una respuesta, o de lo contrario, no levantarían el paro.
Horas después, Lourdes Elena Gazol Patiño renunció al cargo de titular del Programa Institucional de Igualdad de Género de la Universidad de Guanajuato (UGénero), luego de que alumnos de la institución exigieran su salida, al acusarla de permitir que se contraten personas que no están capacitadas para atender casos de violencia de género.
Más tarde, alrededor de las 9 de la noche del sábado, Julio César Kala, quien se desempeñaba como profesor de tiempo completo en la Universidad de Guanajuato en la Facultad de Derecho y ha sido señalado como acosador, también presentó su renuncia al cargo.
Mediante una carta, Kala aseguró que su renuncia es una decisión personal, “atendiendo las denuncias de la comunidad estudiantil”.
Kala escribió: “Durante años he sido víctima de un infundio cuyo origen obedece a los intereses mezquinos de una persona, en lo particular, y de un grupo con un marcado encono en mi contra”.
“Prueba de lo anterior es que mi inocencia ha quedado demostrada en todas las instancias en las cuales se ha conocido el caso: la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes, la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”, señaló.
El profesor aseguró que “con la frente en alto y con mi dignidad íntegra, sostengo que no he cometido el acto que injustamente se me imputa, ni ningún otro del cual deba avergonzarme y tampoco alguno que haya causado afectación a la integridad o la dignidad de ninguna persona”.
Julio César Kala finaliza su escrito asegurando que presenta su renuncia “con la finalidad de posibilitar el diálogo” entre los estudiantes que demandaban su separación de la Universidad y las autoridades.
Este domingo 8 de diciembre, el secretario de gobierno Luis Ernesto Ayala Torres, el fiscal General, Carlos Zamarripa, el rector de la UG, Luis Felipe Guerrero Agripino y el alcalde de Guanajuato, Alejandro Navarro, sostuvieron un encuentro con los alumnos, en donde las autoridades respondieron a sus peticiones.
Informaron que asumen los compromisos que son de competencia de cada una de las dependencias convocadas, para mejorar la seguridad de los estudiantes, al tiempo que anunciaron, este lunes se llevará a cabo un evento en el que se dará cumplimiento a las peticiones, mientras que el martes 10 de diciembre se dará a conocer el seguimiento integral a cada punto.
Las acciones de los alumnos de la Universidad de Guanajuato se han vuelto virales en redes sociales.
En Twitter, Instagram y Facebook se encuentran fotografías y videos en donde se observa que después de las protestas, los estudiantes universitarios también se han unido para limpiar las calles y recoger la basura generada durante sus manifestaciones.
Las acciones de los universitarios han sido aplaudidas y difundidas por decenas de usuarios quienes han puesto a los alumnos guanajuatenses como un ejemplo a seguir en futuras protestas .
Con información de Infobae