Únicamente cinco áreas metropolitanas de las 382 que componen Estados Unidos concentraron el 90 % del crecimiento en industrias consideradas de innovación y de futuro, especialmente del ámbito tecnológico, entre 2005 y 2017, según un estudio publicado este lunes.
Estas urbes y sus áreas de influencia son por este orden: San Francisco, Seattle, San José (California), Boston y San Diego, y en su conjunto constituyen el lugar de trabajo de más de una quinta parte (22,8 %) de todos los empleados en industrias de la innovación en EE.UU.
El estudio, titulado “La justificación de los centros de crecimiento: cómo expandir la innovación tecnológica a lo largo de EE.UU.” fue elaborado por los investigadores Mark Muro y Jacob Whiton de la Brookings Institution y Rob Atkinson de la Fundación Information Technology and Innovation.
“En lugar de crecer conjuntamente, las regiones, áreas metropolitanas y ciudades de la nación han estado distanciándose. La fuerte demanda de talento e información ha aumentado el valor de las economías de aglomeración”, apuntaron los autores del informe.
“Ello ha desatado dinámicas que se refuerzan a sí mismas y que de forma creciente benefician a las grandes ciudades de regiones costeras, a menudo en detrimento de ciudades y áreas metropolitanas de otras partes de la nación”, remacharon.
De este modo, mientras que durante la pasada década y media esas cinco urbes ganaban inversión y empleos en los sectores más innovadores de la economía, nueve de cada diez áreas metropolitanas de EE.UU. perdían en conjunto un tercio de los puestos de trabajo en estos sectores.
Esta concentración de empleos a menudo muy bien pagados y con externalidades por lo general positivas para las zonas en las que se ubican (mayor capacidad adquisitiva de sus residentes que invierten y consumen en la economía local y contribuyen a su dinamismo) también ha generado problemas para los residentes que no han logrado beneficiarse de ello.
Así, tanto San Francisco como Seattle, por ejemplo, las dos ciudades que lideran el crecimiento en innovación, presentan algunas de las peores situaciones de todo el país con respecto al incremento de población sin techo, de pobreza, de desigualdad y de aumento del coste de vida, especialmente de la vivienda.
La otra cara de la moneda son las ciudades que han quedado al margen de esta tendencia, cuyas economías se han resentido fuertemente pese al bajo porcentaje de paro a nivel nacional, están sufriendo una paulatina despoblación y sobreviven en gran medida gracias a sectores sin garantías de seguir siendo rentables en el futuro (como la extracción de minerales o la industria fabril tradicional).
Esta fuerte división económica ha acrecentado en las últimas décadas la polarización cultural y social en EE.UU., levantando grandes resentimientos entre una y otra parte y contribuyendo decisivamente al actual clima de tensión política en Washington.
Con información de El Espectador