A pocos días de cerrar el año, 2019 se despide batiendo un récord histórico en cuanto al número de emisiones de CO2, 43.100 millones de toneladas según un estudio elaborado por la organización Global Carbon Project.
En este contexto internacional en el que se ha declarado la emergencia climática en el continente europeo y la cumbre del clima celebrada en Madrid ha finalizado sin llegar a un acuerdo, es de vital importancia que se tomen medidas desde diferentes sectores.
Según la Global Alliance for Buildings and Construction, la construcción en su conjunto es la encargada de producir casi el 40 % de emisiones de CO2 que se emiten a la atmósfera.
Es por este motivo, que la apuesta por un determinado material en la construcción, tiene un efecto directo sobre el medio ambiente, y no sólo en la fase de de obra, sino en todas y cada una de las fases de extracción, manipulación, transformación, funcionamiento y reutilización.
Uno de los principios básicos para aplicar la sostenibilidad a la construcción y el paisajismo es optimizar el consumo de materiales y utilizar aquellos que tengan un bajo impacto, que sean respetuosos con la salud y el medio ambiente. En este contexto, el estudio de paisajismo por Fernando Pozuelo de Landscaping Collection, destaca los materiales sostenibles que marcarán tendencia en el año que está a punto de comenzar.
Geosilex en lugar de hormigón: Por su fácil fabricación, el hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción de todo el mundo, siendo el responsable del 5% del dióxido de carbono que llega a la atmósfera.
Una de estas opciones es el Geosilex, un aglomerante que se obtiene de cales residuales de carburo seleccionadas, tras un proceso de purificación y optimización. Este proceso no genera ningún tipo de residuo, contando con una huella de carbono cero durante la fabricación.
Este material, al mezclarlo con cemento, es capaz de absorber el dióxido de carbono presente en el ambiente. Un metro cuadrado de Geosilex es capaz de eliminar el exceso de CO2 que hay contenido en 5.000 metros cúbicos de aire. Además, es un material que al finalizar su vida útil se puede volver a reciclar.
Resysta en lugar de madera: La tecnología ha permitido desarrollar materiales reciclados que imiten a la madera. Este es el caso de Resysta, un material que se obtiene a través de la mezcla de cáscaras de arroz, aceites minerales y sales, lo que hace que se convierta en un producto reciclado y sostenible al no ser necesaria la tala de ningún árbol para su obtención, sino que se aprovechan desechos sobrantes.
Gracias a su composición, cuenta con una gran resistencia que permite su uso tanto en interior como en exterior, ya que es capaz de resistir la incidencia del sol, las lluvias, heladas y hasta el agua salada, y a diferencia de la madera, además, hace frente a plagas, grietas o moho.
Cannabric en lugar de ladrillos: El cáñamo es un material que se caracteriza por una sorprendente versatilidad. Su impacto ambiental es mucho menor que materiales como la madera o el algodón, ya que es capaz de producir una gran cantidad de fibra útil con una extensión mucho menor, sin necesidad del uso de pesticidas ni herbicidas.
Cannabric es una de las muchas opciones de ladrillos ecológicos que existen en el mercado, que utiliza el cáñamo como elemento principal que se mezcla con material vegetal, conglomerantes naturales y aglomerantes minerales y de reciclaje.
Este material tiene propiedades naturales y bioclimáticas que contribuyen a mantener el aire limpio y a regular la humedad ambiental. Además, el Cannabric puede ser reutilizado para volver a crear nuevos ladrillos o morteros aislantes.
Pizarra natural en lugar de microcemento: La pizarra natural es un elemento mineral, inerte y ecológico, que posee una gran durabilidad.
Tras analizar el ciclo de vida de este material, se ha valorado el bajo impacto medioambiental con el que cuenta, siendo una gran opción para incluir en construcciones. Hay que destacar que su proceso de producción es muy simple y natural, ya que únicamente requiere de extracción y labrado, sin necesidad de la utilización de otros materiales, sustancias químicas u otros tratamientos.
Es el sustitutivo perfecto de fibrocemento o zinc al necesitar un menor consumo de agua y energía, y al contar con una contaminación atmosférica mucho menor que estos materiales
El paisajista Fernando Pozuelo destaca:
“2019 será recordado como el año en el que la conciencia climática ha alcanzado un nuevo nivel, llegando a una parte mucho más amplia de la sociedad, lo que ha desatado fenómenos como el de Greta Thunberg. Es necesario que sectores con tantísimo impacto como la construcción y el paisajismo tomemos nota y empecemos a adoptar medidas. Por estos motivos, el año próximo veremos cómo las buenas prácticas medioambientales y la apuesta por la utilización de materiales que sean sostenibles se convierten en algo cada vez más habitual. Si combinamos los nuevos materiales que se están descubriendo con dar una nueva vida útil a lo que ya se ha utilizado, la repercusión sobre nuestro entorno será gigantesca”.
Con información de Profesionales Hoy