Utilizar el 10 es, quizá, la máxime en el futbol. El dorsal más representativo de este deporte. Es, generalmente, la casaca de aquel jugador que organiza el juego, el de la elegancia y , a su vez, el poseedor de la técnica para pasar, rematar y gambetear; es el cerebro del equipo.
Dicha pieza puede fungir como un conductor, cerca del contención para apoyar en la recuperación y la circulación de la pelota; también, como tradicionalmente es, como un el mediapunta, detrás del ‘5’ rival, con la oportunidad de ordenar algunos movimientos de sus compañeros, determina el ritmo del juego.
En Cruz Azul dicho dorsal, ya sin mencionar la labor que este conlleva, se ha abaratado, por lo menos en lo que se refiere a los últimos dos jugadores que han tenido la oprobiosa dicha de portarlo: Walter Montoya y ‘Pol’ Fernández, esto luego de que el número acompañara a Christián Giménez durante más de siete años.
Y, antes del ‘Chaco’, la playera que algunas vez llegaran a utilizar elementos como Octavio Muciño, ídolo celeste, quien ganara tres títulos seguidos con La Máquina entre 1971 y 1974, Héctor Adomaitis, el último ’10’ campeón, Horacio López Salgado, Pedro Duana, Antonio Munguía y demás, también fue malbaratada por jugadores como Edgar Andrade o Ramón Núñez.
También se recuerdan otros futbolistas que la llegaron a usar con dignidad en el cuadro cementero, tales como Adrián Camacho, Ángel ‘Matute’ Morales y Gabriel Pereyra, lo cierto es que -hoy- este número ha vuelto a quedar vacante en este equipo e, inclusive, se podría decir que lleva casi tres años así, esperando que su digno portador vuelva a vestirlo…
Entre Alex Castro y Lucas Passerini quedará la responsabilidad de llevarlo, sólo el tiempo dirá si son dignos o pasaran como uno más que no supo usarlo.
Con información de Milenio