Las autoridades de Guerrero han documentado la existencia de la venta de mujeres y niñas en los municipios de Metlatónoc, Cochoapa el Grande, Xochistlahuaca, Igualapa, Tlacoachistlahuaca y Malinaltepec.
Si bien en comunidades del municipio de Metlatónoc, entre ellas Juquila, se ha permitido durante años la venta y compra de niñas, de acuerdo a un informe periodístico, las “operaciones” se realizan a un precio que va desde los 40,000 a los 180,000 pesos, cuando algún hombre quiere casarse con ellas.
El “precio” depende de la edad, las habilidades para las labores del hogar que tengan y, como era de esperar, su belleza. Entre más jóvenes, más caras, aunque quien decide cuánto cobrar por ellas es su propia familia.
En algunas comunidades esta tradición ha comenzado a cambiar, y así, algunas de sus “víctimas” han tenido la oportunidad de decidir su destino.
Catalina, la única hija de Virginio y Maurilia, un matrimonio que tiene otros seis hijos hombres. Se indica que todos ellos, al igual que su padre, tuvieron que pagar por sus esposas. Algunos incluso siguen endeudados, porque pidieron prestado para saldar la deuda con la familia de la novia.
En este sentido se indica que “mi hija no es un animal para venderla”, según Virginio, padre de Catalina, de 22 años, el primer caso en la localidad de Juquila, Guerrero, en que los padres decidieron no vender a su hija, para que se casara.
Juquila, ubicada en la cima de La Montaña, es una de las cuatro comunidades de Metlatónoc en las que se prohibió la venta de niñas y mujeres desde noviembre de 2019, y se impuso un castigo contra quien la practique.
Desde 2016, se agrega, Juquila, junto con las comunidades Yuvinani y Valle de Durazno, habían acordado prohibir la venta de mujeres, pero la práctica continuó, con el único cambio de que las familias aceptaron cobrar menos por sus hijas -entre 30 y 50 mil pesos-, porque los hombres manifestaron su preocupación ante la falta de recursos para poder unirse con ellas.
Con información de Forbes