Ir a terapia puede ser un tema tabú entre muchos hombres, pero debemos quitarnos esos prejuicios para mejorar y liberarnos de nuestros problemas.
En pleno siglo XXI (peor aún, en 2020) muchos hombres aún temen ir a terapia por muchos prejuicios que les hacen creer que no es de ayuda y que existen otras formas de mejorar, siempre evitando la confrontación y la comunicación.
El machismo sistemático nos hace callar cuando nos sentimos deprimidos o abrumados, porque se espera que “nos portemos como hombres” y soportemos todo. Sin embargo, si esos problemas se van acumulando pueden arruinar nuestras relaciones con otras personas, destruyéndonos como individuos por dentro.
Muchas veces las señales de que debemos ir a terapia para recibir ayuda psicológica son muy claras, pero las ignoramos porque pensamos que son “normales” y que son reacciones comunes para los hombres, cuando en realidad no es así, y con eso dentro de nosotros podemos herir en más de una forma a nuestra familia, pareja o amigos.
Dejaste de disfrutar las cosas que antes te gustaban
No nos referimos a un cambio en gustos, sino una pérdida completa de un sentido de bienestar cuando realizamos una actividad que, en el pasado, disfrutaríamos en demasía. Esto puede ser señal de una fuerte depresión, la cual impide que podamos llevar una vida normal. También puede que se manifieste en una fatiga insoportable, en una fuerte apatía, en pocas ganas de salir (agorafobia) o en una falta de interés en intentar cosas nuevas. Podemos pensar que simplemente estamos cansados, pero si prevalece, es señal de algo más profundo.
Reacciones violentas ante el estrés o el enojo
Este es uno de los síntomas que muchas veces normalizamos en el comportamiento de los hombres. Creemos que es normal que reaccionen gritando o golpeando, pero no es así, y es aún peor cuando existen estas respuestas ante cosas que pueden parecer insignificantes. Si te sientes muy abrumado o frustrado, es momento de buscar ayuda profesional para identificar qué es lo que realmente te está molestando y saber cómo lidiar con ello para poder manejarlo y evitar herir a quienes están a tu alrededor.
Fuerte ansiedad
Si no puedes dormir, y si tienes constantes pensamientos que te abruman, es necesario que pidas ayuda, o pueden crecer hasta impedir que tengas una vida normal. Quizá te sientes abrumado por muchas cosas de las que puedes preocuparte, pero la terapia te puede ayudar a encontrar la calma y a motivarte a recordar que no te encuentras solo, o que no eres el único que se siente así.
Sientes que no puedes hablar con nadie
Este es el punto más importante. A veces los hombres sí quieren hablar de sus problemas, pero sienten que nadie podría entenderlos plenamente. Puede que tenga problemas con su pareja, y su relación con sus amigos no sea tan abierta, por lo tanto, la terapia puede ser una de las mejores opciones, ya que ayuda a liberar esos pensamientos y a tener retroalimentacion sobre cómo reaccionar ante ellos. Es un paso difícil, ya que es confiar en un extraño, pero recuerda que si no te sientes cómodo con un médico, siempre puedes buscar otro con quien puedas hablar más abiertamente.
Estás abusando del alcohol como forma de lidiar con ello
A veces es muy difícil darse cuenta de eso, particularmente si estamos acostumbrados a beber demasiado pero puede ser que sea una forma de mitigar un trauma o un recuerdo que no hemos dejado ir. Es como si usáramos el alcohol como anestesia, tratando de olvidarlo pero siempre vuelve, lo cual genera un círculo vicioso. Hasta que no se pueda hablar y enfrentar de manera directa, ese pasado no desaparecerá.
Piensas que nada va a mejorar
Si te sigue un sentimiento fatalista, el cual aumenta tu apatía e indiferencia, quizá sientes que ya no hay mejoras y que la vida no puede disfrutarse, pero no es así. Tomar terapia y entrar en un ejercicio de autoanálisis, sirve para redescubrir cuál es el punto de la vida y cómo aprovecharse de ella. Por supuesto, se necesita de tu apoyo y disposición.
Es difícil aceptar que debemos ir a terapia porque eso sugiere que tenemos un problema mental, lo cual aún es visto como algo malo en la sociedad. Sin embargo, es como cualquier condición y sólo buscando ayuda podemos mejorar.
Con información de GQ