En medio de las cenizas de un comercio en Buenos Aires, consumido por las llamas, un albañil encontró una cuantiosa cantidad de dinero que decidió regresar a su legítimo, en lugar de usarlo para cubrir las necesidades que él y su familia presentaban; hoy, su honestidad y buena obra son recompensadas con el cumplimiento de su más grande anhelo.
Todo comenzó cuando a Saúl Jiménez de 31 años de edad le ofrecieron un empleo temporal, el cual consistía en limpiar un local comercial siniestrado.
Con información de Debate