Los astrónomos lograron captar una nube gaseosa que apareció como resultado del contacto inusual de dos estrellas.
Los científicos pudieron examinar la compleja estructura gaseosa alrededor del sistema estelar binario HD101584 que se encuentra en la constelación de Centaurus. Los astrónomos realizaron observaciones con el sistema de radiotelescopios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment).
El sistema binario consiste en una gigante roja con una masa de aproximadamente 0,55 masas del Sol y su compañera, que tiene una masa similar y puede ser una enana blanca. El período de circulación de las estrellas entre sí se estima entre 150 y 200 días.
Al final de su vida, después de haber quemado todo el hidrógeno de su núcleo, las estrellas se hinchan hasta convertirse en una gran y brillante gigante roja. Finalmente, pierden sus capas externas, dejando atrás su núcleo: una estrella caliente y densa llamada enana blanca.
Sin embargo, en este caso, los científicos observaron una situación poco común. La gigante roja era lo suficiente grande como para devorar a su pareja de masa menor. Por su parte la estrella más pequeña se dirigía en espiral hacia el núcleo del gigante, pero no chocó contra ella.
Esta interacción hizo que la estrella más grande estallara, dispersando de manera espectacular sus capas de gas y dejando expuesto su núcleo.
“El sistema estelar HD101584 es especial en el sentido de que este ‘proceso de muerte’ terminó de manera prematura y dramática cuando una estrella compañera cercana de baja masa fue engullida por la gigante”, explica Hans Olofsson, de la Universidad Tecnológica Chalmers (Suecia).
La interacción entre las dos estrellas creó chorros de gas que volaron a través del material previamente expulsado formando anillos de gas y brillantes manchas azuladas y rojizas que se ven en la foto.
La presencia de un compañero tiene una fuerte influencia en la evolución de las estrellas en diferentes etapas de su vida. Asimismo, se supone que puede explicar la compleja forma de muchas nebulosas planetarias observadas, así como otros objetos con entornos circunestelares inusuales como la nebulosa Boomerang o las novas rojas luminosas.
Con información de Sputniknews