Un grupo armado ejecutó a dos adolescentes, una mujer de 13 años y su hermano de 16, quienes se dedicaban a vender alimentos en el municipio de Cocula.
En dicho municipio las bandas de Guerreros Unidos y Tlacotepec mantienen una brutal confrontación por el control de esa zona minera y de trasiego de drogas, colindante con la ciudad de Iguala.
De acuerdo con un reporte oficial de la Fiscalía estatal, el crimen de los hermanos identificados como Adeline y Alexis Robles Bahena fue perpetrado a las 19:00 horas. Fueron presuntamente asesinados por sicarios procedentes “del pueblo minero de Nuevo Balsas” donde se encuentra asentada la empresa Media Luna.
Los sicarios intentaron atacar el retén que mantiene el grupo de Guerreros Unidos sobre la carretera federal que conecta Iguala con el municipio de Cocula.
La Fiscalía determinó que los menores fueron acribillados “por confusión”, debido a que el grupo de Nuevo Balsas, señalado como brazo armado del grupo de Tlacotepec, “pensó que los adolescentes trabajaban para la guardia comunitaria de La Tecampanera”, vinculada a los Guerreros Unidos, indica el documento oficial al que Apro tuvo acceso.
Las víctimas vendían tacos y cerveza sobre la vía Iguala – Teloloapan a la altura del poblado de Tomás Gómez, municipio de Cocula y presentaban múltiples impactos de bala en la cabeza y torso, refiere el informe.
Los padres de los menores acribillados intentaron trasladarlos a un hospital a bordo de un auto compacto donde finalmente murieron.
Pugna por Iguala
Este crimen se registra a unos días de que el grupo armado de Tlacotepec irrumpió en un jaripeo realizado en el poblado de Zacacoyuca, municipio de Iguala donde abrieron fuego a discreción en el lugar repleto de mujeres, niños y hombres donde fue asesinado un adulto y tres personas más resultaron heridas.
Luego, fueron encontrados los cuerpos desmembrados de una mujer y un hombre en la zona limítrofe entre Iguala y Tepecoacuilco, donde el grupo de Guerreros Unidos se adjudicó el doble crimen y confirmó que mantienen una confrontación con la banda de Tlacotepec por el control de la zona minera y de acopio de enervantes de la región Norte de la entidad.
Esta guerra por la plaza de Iguala que nuevamente exhibe presuntos nexos de autoridades de los tres niveles y el Ejercito con el narco, arreció en octubre pasado y se registra en el contexto de la investigación del caso Ayotzinapa.
Con información de Proceso