El colon irritable, también llamado síndrome del intestino irritable (SII), es un trastorno funcional digestivo. Esto quiere decir que es debido a alteraciones en el funcionamiento o la sensibilidad del tubo digestivo, pero que no hay una causa que pueda ser evidenciada por las pruebas diagnósticas habituales (incluyendo análisis de sangre, endoscopias, ecografías, etc.).
El síndrome del intestino irritable (SII) se caracteriza por dolor o malestar abdominal fluctuante, que se acompaña de cambio en las características y frecuencia de las deposiciones. Si bien estos síntomas también se pueden presentar en otras enfermedades, el SII es su causa más frecuente, estimándose que alrededor de 8% de la población lo sufre.
El SII es importante no sólo a su elevada frecuencia sino también porque su manejo por parte de los profesionales no es siempre el más adecuado. Algunos médicos prestan poco interés por este síndrome, piden pruebas que son innecesarias y prescriben tratamientos no adecuados.
En este sentido, quizá el problema más relevante es que, al no encontrar ninguna lesión en las pruebas, se le dice al enfermo: “No se preocupe, usted no tiene nada”. Entonces el paciente se queda desconcertado sin saber qué hacer ni a quién acudir para que le ayude.
¿Por qué se produce el colon irritable (síndrome del intestino irritable)?
Se han descrito varias circunstancias que pueden producir SII en un individuo sano. Por ejemplo, alrededor del 10% de las personas que sufren síndrome del intestino irritable (SII) tienen el antecedente de una gastroenteritis aguda en el momento de inicio de los síntomas digestivos. Este cuadro se conoce como SII postinfeccioso.
También se ha descrito el inicio de SII tras acontecimientos de mucho estrés. Sin embargo, en la enorme mayoría de los casos no es posible determinar una causa específica que lo origine.
Se han encontrado alteraciones de los movimientos intestinales en los pacientes con síndrome del intestino irritable. Otros estudios han demostrado que muchos enfermos tienen una sensibilidad digestiva incrementada; la hipersensibilidad puede tener su origen en el propio tubo digestivo, en el sistema nervioso central, o en ambos.
En los últimos años se ha postulado la hipótesis de que alteraciones en la microbiota intestinal (flora intestinal) y niveles muy leves de inflamación del intestino (evidenciables sólo a nivel microscópico) pueden desempeñar un papel relevante en el desarrollo del SII.
Tampoco hay que olvidar la importancia de los aspectos psicológicos, incluyendo ansiedad, depresión o somatización. De hecho, se puede llegar a un SII de diversas maneras y frecuentemente es necesaria la existencias de varios mecanismos a la vez.
¿Por qué se produce el colon irritable (síndrome del intestino irritable)?
¿Qué síntomas indican la presencia de colon irritable?
El síndrome del intestino irritable se caracteriza porque produce dolor abdominal y alteración en las deposiciones. Curiosamente unos pacientes pueden tener diarrea, otros estreñimiento, y otros periodos en los que se alternan ambas cosas.
Otros síntomas como la urgencia defecatoria, la sensación de evacuación incompleta, la hinchazón abdominal, la emisión de moco en la deposición, o el esfuerzo excesivo al defecar también son frecuentes en el SII. Cuando se realizan pruebas todos los resultados son normales. En realidad, no hay una lesión pero el intestino no funciona bien.
El diagnóstico se basa en una minuciosa historia clínica, habiendo que descartar otras enfermedades digestivas que puedan provocar síntomas similares. Entre ellas se encuentran la enfermedad celiaca, la colitis microsópica o la enfermedad inflamatoria intestinal, cuando predomina la diarrea.
La malabsorción de ciertos azucares, tales como la lactosa, la fructosa o el sorbitol, también pueden producir diarrea y/o hinchazón abdominal. La búsqueda de intolerancias alimentarias realizada mediante la determinación de autoanticuerpos séricos IgGs no ha demostrado ser útil; además, puede conducir a consejos dietéticos engañosos o incorrectos. Muy rara vez es un proceso canceroso el que simula un SII.
Un médico especialista en aparato digestivo debe saber cómo establecer el diagnóstico de manera correcta solicitando sólo las pruebas necesarias. A menudo, se solicitan excesivas exploraciones sin que sean de ayuda.
¿Cuál es el tratamiento del colon irritable?
El tratamiento del síndrome del intestino irritable puede variar dependiendo de diversos factores:
La frecuencia e intensidad de los síntomas.
La preocupación que suscitan en el enfermo.
La repercusión sobre la calidad de vida.
El tipo de síntoma predominante.
La asociación con otras trastornos digestivos o extradigestivos; y
La posible existencia de factores emocionales influyentes.
Algunos pacientes pueden beneficiarse de medidas sencillas, incluyendo consejos dietéticos o cambios en el estilo de vida. Otros pacientes requerirán tratamiento farmacológico, y algunos una aproximación terapéutica más compleja asociando a los medicamentos el apoyo psicológico.
No existe una dieta específica para pacientes con síndrome del intestino irritable. Lo ideal es mantener una dieta equilibrada y sin excesivas restricciones, para impedir el déficit de micronutrientes y desnutrición calórico-proteica. Es aconsejable realizar comidas pequeñas y frecuentes, y evitar exceso de productos lácteos, grasas, carbohidratos, cafeína y alcohol.
Los pacientes con SII y diarrea pueden beneficiarse del empleo de antidiarreicos como la loperamida o el difenoxilato. De una forma empírica se ha empleado la resincolestiramina para el control de la diarrea y la urgencia defecatoria en pacientes con SII-D; la experiencia confirma su utilidad.
Los agentes con propiedades relajantes del músculo liso (llamados antiespasmódicos) se utilizan en el SII con la intención de obtener alivio del dolor “espasmódico”.
No existe una dieta específica para pacientes con síndrome del intestino irritable
Para tratar el síndrome del intestino irritable con estreñimiento el primer paso suele ser la administración de fibra, que en general lo mejora, aunque puede empeorar el dolor y la distensión abdominal.
Cuando el tratamiento con fibra no es suficiente, otra de las opción terapéutica es la utilización de laxantes osmóticos.
Un fármaco nuevo, utilizado para el SII con estreñimiento que no responde a otros tratamientos, es la linaclotida.
La hipótesis de que alteraciones en la microbiota intestinal (flora intestinal) puedan desempeñar un papel relevante en algunos pacientes con SII, ha conducido al desarrollo de nuevas estrategias en el manejo de estos enfermos tales como el uso de probióticos (bacterias u hongos vivos), prebióticos (sustancias no absorbibles que actúan como alimento para ciertas bacterias en particular) y simbióticos (mezclas de prebióticos y probióticos).
Se ha comprobado que algunos microorganismos de la familia de los Lactobacilos y las Bifidobacterias pueden proporcionar alivio de algunos síntomas del síndrome del intestino irritable.
Complicaciones y pronóstico
El SII no pone en riesgo la vida del paciente pero altera mucho su calidad. No es una enfermedad grave pero si puede ser muy molesta e incapacitante. Cuando los médicos dicen “usted no tiene nada” deberían decir en realidad “usted no tiene nada grave”. Las complicaciones son las propias de los síntomas que produce, y el pronóstico (evolución) dependerán de un tratamiento adecuado con una buena interacción médico-paciente.
Con información de Mujer y Salud