Como un homenaje a los grandes ídolos del rock and roll nacional e internacional, el artista plástico César Escobosa expone en Culiacán, Sinaloa, 24 pinturas abstractas y ensamblajes que hacen referencia a instrumentos musicales.
Música para la retina se encuentra en la Galería de Arte Antonio López Sáenz (GAALS) y alude precisamente a cómo la música —el rock en especial— ha influido en Sinaloa de una manera muy importante.
El también odontólogo y músico refiere que una de las primeras cantantes del género, Gloria Ríos, se hacía acompañar por el músico sinaloense Pablo Beltrán Ruiz. También recuerda que sus paisanos Patrón de Rueda y el mismo José Ángel Espinoza —mejor conocido como Ferrusquilla— fueron músicos de rock en sus tiempos.
“Hasta Pedro Infante lo tocó. Es un homenaje a todos ellos porque es una música tan pegajosa que te hace bailar: la vas escuchando en el carro y vas pegándole al volante del automóvil, siempre te mantiene en movimiento”, asegura.
Los asistentes podrán ver diversas expresiones pictóricas y montajes que rinden tributo a algunos grandes héroes del género musical que, según César, tiene más de 60 años, todavía no parece concluir y se ha estacionado en todos los países, por lo cual honra con sus obras a todos aquellos grupos y músicos (bateristas, guitarristas, requintistas) de la década de los sesentas.
“Es un homenaje a todos ellos, a los grupos en general, a los míos. Tuve mi primer grupo a los 17 años, se llamó la Quinta Concentración y tocábamos música de los Doors, Jimi Hendrix, los Beatles, los Rolling Stones, por supuesto”, recuerda en entrevista.
Con respecto a las piezas, comenta que son 24 entre acrílicos sobre lona, sobre papel y ensambles con la “basura” generada en los talleres de pintura como pinceles, brochas, reglas, escuadras, tapones de los tubos de óleo y hasta pedazos de bastidores y palos de escoba. Música para la retina reúne su propuesta pictórica más reciente (2019).
César Escobosa es un artista con más de 40 años de trayectoria. Vivió en la Ciudad de México y estudió odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante los años setenta.
Con su pintura busca traducir la escritura musical transportándola al lienzo, configurándolo con los elementos propios del pigmento. Así, dice, las notas de la tablatura se convierten en manchas y sesgados que trasladan lo musical hacia otra atmosfera: la del color y la visión.