El oxígeno es el tercer elemento más abundante en el universo, detrás del hidrógeno y el helio. Por lo tanto, su química y abundancia en las nubes interestelares son importantes para comprender el papel del gas molecular en las galaxias.
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Para detectar las longitudes de onda de radio emitidas por las moléculas para buscar oxígeno utilizaron la astronomía milimétrica, y la espectroscopía para analizar el espectro para buscar longitudes de onda absorbidas o emitidas por moléculas específicas. Sin embargo, estas búsquedas han dado lugar a una desconcertante falta de moléculas de oxígeno. Lo que significa que “todavía falta una imagen completa de la química del oxígeno en diferentes entornos interestelares”, según el equipo de astrónomos dirigido por Junzhi Wang de la Academia de Ciencias de China en un nuevo artículo.
En una galaxia llamada Markarian 231 que se encuentra a 561 millones de años luz de distancia y funciona con un cuásar —el más cercano a la Tierra—, existe un núcleo galáctico extremadamente luminoso con un agujero negro supermasivo activo en el centro. De hecho, los astrónomos piensan que Markarian 231 podría tener dos agujeros negros supermasivos activos en su centro, girando uno alrededor del otro a un ritmo vertiginoso. Un núcleo galáctico activo impulsa las salidas moleculares, produciendo choques continuos del tipo que podría liberar oxígeno del agua en las nubes moleculares.
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Las salidas moleculares en Markarian 231 son particularmente de una alta velocidad, por lo que Wang y sus colegas buscaron oxígeno. Con la ayuda del radiotelescopio IRAM de 30 metros en España, tomaron observaciones de la galaxia durante cuatro días a través de varias longitudes de onda y “detectamos la emisión [de oxígeno molecular] en [una] galaxia externa por primera vez”, escribieron los investigadores en su artículo. Las mediciones del equipo revelaron que la abundancia de oxígeno en comparación con el hidrógeno era aproximadamente 100 veces mayor que la encontrada en la nebulosa de Orión, por lo que la galaxia podría estar experimentando una versión más intensa del mismo proceso de división de moléculas.
Como Markarian es una galaxia que experimenta una formación estelar furiosa, esto podría ser posible. Solo una región de la galaxia está formando nuevas estrellas a un ritmo de más de 100 masas solares al año, mientras que la Vía Láctea, por el contrario, tiene una tasa de formación de estrellas de alrededor de 1 a dos masas solares. Si los resultados se mantienen, el fenómeno serviría para comprender más sobre el oxígeno molecular en las galaxias y el flujo de salida molecular desde un núcleo galáctico activo, dijeron los investigadores. La investigación ha sido publicada en The Astrophysical Journal.
Con información de Sputniknews