El pintor, grabador y muralista, maestro del retrato y uno de los principales referentes de la Escuela Mexicana de Pintura, Raúl Anguiano, nacido en Guadalajara, Jalisco, el 26 de febrero de 1915, encontró en las costumbres y tradiciones populares una de sus principales fuentes de inspiración.
En su adolescencia ingresó a la Escuela al Aire Libre de Guadalajara, donde estudió con Ixca Farías, José Vizcarar y José Salomé Piña. En 1933, junto con otros artistas, organizó el grupo de Jóvenes Pintores Jaliscienses. Dos años después llegó a la Ciudad de México donde conoció a Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Contagiado por sus ideales, en 1934 se unió a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR); cuatro años después, junto con Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce, Pablo O’Higgins y Fernando Castro Pacheco fue uno de los fundadores del Taller de la Gráfica Popular, creado como un centro colectivo de trabajo. En dicho espacio realizó grabados y litografías con un espíritu de solidaridad con los trabajadores y campesinos.
En 1935 presentó su primera exhibición individual en el Palacio de Bellas Artes, siendo el artista más joven en exhibir obra en ese recinto. En 1941 viajó a Estados Unidos para estudiar y enseñar pintura. También fue maestro en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. En 1949, junto con otros artistas y mecenas, participó en la fundación del Salón de la Plástica Mexicana.
Raúl Anguiano inició su labor como muralista con el fresco La educación socialista en la Escuela Carlos A. Carrillo de la Ciudad de México. Su producción artística se ubica en la segunda generación de muralistas, junto con Jorge González Camarena y Juan O’Gorman, principalmente.
Otros de sus murales se ubican en la Cámara Nacional de Comercio, el Museo Nacional de Antropología, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Procuraduría General de la República. Una de sus obras monumentales más significativas, de 45 metros cuadrados, es La creación en el Tec de Monterrey, campus Ciudad de México, que representa un recorrido histórico por nuestros orígenes y destaca la importancia del saber a través de instrumentos como el libro, la computadora o la exploración espacial. Fuera del país, realizó murales en el Consulado General de México en Los Ángeles, el Museo Bowers de Santa Ana, California, y en East Los Ángeles College.
La mujer ocupó un lugar especial en la obra de Anguiano, en la cual se pueden ver campesinas, mulatas, madres, niñas, un sinfín de personajes que protagonizaron la exposición El eterno femenino de Raúl Anguiano, la cual se presentó en el Museo Nacional de San Carlos con motivo del centenario de su nacimiento.
El Museo de Arte Moderno alberga dos de las más importantes obras de Anguiano: Desnudo de Pita Amor y La espina, ésta última producto de los recuerdos que Anguiano guardó en su mente de la selva y cultura maya durante la expedición a Bonampak, Chiapas, realizada en 1949, organizada por Fernando Gamboa con apoyo del INBAL.
Entre los premios recibidos se encuentran la Distinción de Invierno del Salón de la Plástica Mexicana (1954), la Condecoración José Clemente Orozco del Congreso de Jalisco (1956), la Medalla de Oro del Salón Panamericana de Porto Alegre, Brasil (1958), la Orden al Mérito de la República Italiana Grado Comendador (1977), el Premio Jalisco (1988), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes (2000), entre otros.
Participó en más de 100 exposiciones individuales en museos de Cuba, Chile, Colombia, Brasil, Francia, Italia, Israel, Alemania, Japón, Estados Unidos y México, entre otros. Raúl Anguiano murió el día 13 de enero de 2006 en la Ciudad de México.