Científicos ucranianos se sorprendieron cuando al despertar el lunes descubrieron que la nieve alrededor de su estación se había vuelto roja como la sangre o también llamada “nieve de frambuesa”.
Pasada la sorpresa inicial, los investigadores descubrieron que, en lugar de ser algo siniestro, el tinte rojo en la nieve era causado por unas algas microscópicas conocidas como Chlamydomonas nivalis.
Esta alga florece en la nieve cuando hace buen tiempo, explicó el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania; pero a pesar del clima, la propagación de las algas contribuye al cambio clímático, dijeron los científicos, porque refleja menos luz solar que cuando es blanco y, por lo tanto, se derrite más rápido.
Solo las temperaturas más frías pueden hacer que las algas vuelvan a su estado latente, pero a principios de febrero las temperaturas en la Antártida alcanzaron un nuevo récord, al llegar a 18.3 grados Celsius, en la estación de Esperanza.
Según la Organización Meteorológica Mundial de la Organización de las Naciones Unidas, la Península Antártica, definida como la punta noroeste cerca de América del Sur, es una de las “regiones de calentamiento más rápido del planeta, con temperaturas que aumentaron casi 3 grados Celsius en los últimos 50 años.
El fenómeno de las algas que enrojecen la nieve también se observa regularmente en el Ártico, los Alpes y otras regiones montañosas.
Con información de Televisa News