Los investigadores canadienses analizaron los resultados de más de 200 estudios para determinar de qué forma la obesidad se relaciona con diferentes procesos en el organismo humano. El principal énfasis se puso en su relación con los trastornos genéticos, el debilitamiento de la inmunidad, la diabetes, la enfermedad de Alzheimer, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Los resultados apuntan a que la obesidad es el espejo del envejecimiento y una de sus manifestaciones. Provoca que las enfermedades crónicas vinculadas con la edad avanzada se desarrollen antes de lo normal. Así, entre los obesos la esperanza de vida es 5,8 años menor en los hombres y 7,1 años menor en las mujeres, en comparación con las personas con un peso normal.
“Este artículo trata de demostrar cómo la obesidad y el envejecimiento son ‘dos caras de la misma moneda’ al abordar cómo la obesidad predispone a un individuo a padecer condiciones y enfermedades relacionadas a la edad” indican los autores de la investigación.
Además, los científicos aspiraron con este estudio a demostrar cómo los mecanismos que activan la temprana aparición de enfermedades crónicas en la obesidad se parecen al envejecimiento.
Por una parte, el síndrome de obesidad activa la destrucción celular programada —apoptosis— en las células del corazón, del hígado, de los riñones, de las neuronas y de la retina del ojo. Por otra, impide la activación de la llamada autofagia: el proceso por el cual se eliminan los componentes dañados de las células. Estos dos factores aumentan el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer, la diabetes y el Alzhéimer.
Genéticamente, los telómeros de las personas obesas son más cortos. Se trata de regiones del ADN cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas.
Funcionan como un reloj que determina la longevidad de las células. Cuanto más largos son, más probabilidades hay de vivir una vida larga. Los pacientes con obesidad llegan a tener sus telómetros hasta un 25% más cortos que las personas con un peso dentro de la media.
Los autores del estudio creen que la obesidad debe contemplarse como un factor de envejecimiento prematuro, lo cual permite tener una visión distinta del problema global de este fenómeno relacionado con la actividad física reducida y la alimentación inapropiada.
“Aparentemente, la obesidad es una enfermedad que acelera el envejecimiento. Verla como una enfermedad de envejecimiento puede permitirnos comprenderla mejor y desarrollar tratamientos más efectivos para luchar contra la obesidad”, concluye el estudio.
Con información de Sputnik