Existe un punto intermedio entre el look de profesor de Física Cuántica de Ernesto Valverde, la sobriedad de Walter White (de ‘Breaking Bad’) en camisa y calzoncillos, y esos otros outfits churriguerescos de profundo horror vacui. Éstos son los 20 accesorios de hombre que no deben faltar en tu armario, y que debes saber combinar.
- Corbata
Quizá sea el complemento masculino más habitual y denostado de la historia. Con sus más de 100 años de vida, la corbata ha sido símbolo de poder y de rechazo, aunque jamás ha desaparecido como guinda del pastel de la formalidad. - Bolso
¿Estás cansado de dejarle tu móvil, tu cartera, tus llaves, tus gafas de sol? En estos tiempos que corren en los que hace falta salir de casa con cinco cargadores, dos ordenadores y hasta un generador de energía, es el momento de que te hagas con un bolso. Si eres escéptico siempre podrás optar por uno con aspecto más clásico. - Llavero
Un llavero, como un investigador de la CIA, puede decir mucho de ti. Por ejemplo, ése que llevas dice que compras en la carnicería Arganzuela. O ese otro, que tu tía Pura estuvo en Benidorm y que desde entonces no te has preocupado por cambiarlo. Con un llavero sobrio siempre darás en la diana. - Gemelos
“Suit up!”. El grito de guerra de Mike Ross y Harvey Specter ha llegado a tu armario, así que necesitas urgentemente unos gemelos. Son inversamente proporcionales en tamaño a su importancia en un traje. El rey Luis XIV los coleccionaba ostentosamente. Tú al menos tienes que tener un par. Como decía Sinatra: unos gemelos siempre quedan bien. - Mechero
Un hombre GQ jamás debe salir de casa sin estudiar concienzudamente qué lleva en los bolsillos. Puede fumar o no fumar, o sólo fumar esporádicamente cuando sale de fiesta. Pero no puede salir de casa sin un mechero. El mechero es la llave que te abrirá las puertas de las conversaciones… y quién sabe si alguna más.
- Gafas de sol
Son, junto al reloj, las estrellas de los complementos. Imprescindibles para completar tu look en un día soleado, y especialmente en un día soleado de resaca. Las gafas de sol te completan y protegen. El general MacArthur espetó su famosa frase “me voy pero volveré” parapetado bajo unas de tipo aviador. Cada marca tiene su historia sentimental, erótica, política, cultural y cinematográfica. Ay, si las gafas de sol hablasen… - Ballenas
Parece un complemento sin importancia, pero la tiene. Y mucha. Su propósito es evitar ese despropósito que luces en el cuello de tu camisa cuando éste se cae hacia abajo dando una sensación de look descuidado. Acuérdate de quitarlas cuando vayas a lavar tu camisa. Muchos técnicos de lavadora se ganan la vida gracias a la cal y a las ballenitas. - Alfiler de corbata
Decorativo y práctico. Es importante que sea discreto. Si optas por algún alfiler con adornos, que éstos no sean del tamaño del escudo de los Austrias. Menos es más. - Estilo gráfica
Nunca sabes cuándo vas a necesitar estampar tu firma en algún documento o apuntar algún dato relevante en la servilleta de un bar. Todas las buenas historias han nacido sobre servilletas de bar, entre surcos de café y grasa. Por ejemplo, así nació el guión de ‘Algunos hombres buenos’ de Aaron Sorkin. Y pensarás, ¿para qué necesito un bolígrafo en pleno año 2019 si ya tengo smartphone y tablet? Ese 5% de batería que te queda es el motivo. Bueno, ya 4%. - Reloj
He aquí el otro eslabón del buen gusto. El reloj no tiene que ser llamativo, basta con que sea un reflejo de tu personalidad, es decir, ha de ser elegante. Procura que no sea de arena. Con ése yo siempre llego tarde al trabajo.
- Smartphone
La necesitas como una pizza necesita al queso. En él llevas todo, es lo que tiene la hiperconectividad. El smartphone es tu vida. Cuídalo como si del anillo único se tratase. - Anillo
Al igual que la hebilla del cinturón o las gafas de sol, espantarás a todo ser viviente que te rodee si llevas un anillo (o varios) demasiado grande; con la excepción de que acabes de ganar la NBA, pero ambos sabemos que ése no es tu caso. Recuerda que no eres el rey Melchor ni formas parte del casting de ‘El lobo de Wall Street’. Opta por uno sencillo, de líneas puras. Los pedruscos mejor para los geólogos. - Tarjetero
También conocido como Muñiz Fernández, el tarjetero es un complemento imprescindible para mantener tus tarjetas de presentación o de visita impolutas. De ellas pueden depender algunos negocios (recuerda la obsesión de Patrick Bateman en American Psycho) y quién sabe si algunas conquistas. La tarjeta y el tarjetero son el reclamo, la cubierta de tu libro. - Pinza para billetes
Es imposible deshacerse de esas monedas que rehúyen de soportes, que aparecen sin orden ni concierto entre los cojines de tu sofá o en los confines de tu lavadora. Pero los billetes conviene tenerlos bien organizados y sujetos, que hoy en día son bastante huidizos. Si no quieres cargar con una cartera en tu bolsillo, la pinza para billetes es tu gran aliada. - Pañuelo de bolsillo
El pañuelo, casi en peligro de extinción, es menos higiénico que uno desechable, pero una cosa es indudable: ese trozo de tela puede ser tu mejor y más fiel soporte de auxilio.
- Joyería
Un complemento tradicionalmente femenino es ahora una tendencia emergente entre los hombres. Su uso se ha extendido notablemente en los últimos años, especialmente en el caso de las cadenas. Si tu reloj te pide compañía, dásela. Y de paso quítate esa otra del FIB del año 2002. - Bufanda
La mejor amiga de tus amígdalas y de tu estilo. Se pueden llevar de mil colores, texturas o estampados, completando y mejorando tus looks. Aprende de Pedro Almodóvar, que siempre las lleva impecables. - Tirantes
Tuvieron su esplendor en los años 20, cuando más que estéticos eran necesarios como accesorio de sujeción de los pantalones de tiro alto. Ahora que ya no son necesarios, surgen como una posibilidad estética transgresora, a la par que elegante. Ponte unos tirantes, sírvete un whisky doble y funda un periódico. - Cinturón
Existe una regla no escrita (bueno, ahora sí) que establece que la hebilla de tu cinturón nunca puede ser más grande que la palma de tu mano. Especialmente si es brillante, a menos que quieras lanzar alguna señal luminosa a alguna torre de control. Es el complemento más versátil. Así que en tu armario deberás tener por lo menos un cinturón negro y otro de tonos marrones. - Sombrero
El súmmum de la galantería. Un básico clásico inmortal. Sólo necesitas conocer dos reglas para llevarlo: respeta tus proporciones, tu talla. Y por supuesto, quítatelo en espacios cerrados o mientras comes. También conviene hacerlo mientras te presentas, un homenaje al dandi de toda la vida. Por lo demás, déjate llevar y aprende a decirle adiós a Ingrid Bergman entre la niebla.
Con información de GQ