Es una imagen que pasará a la historia. El papa Francisco, solo en una lluviosa plaza de San Pedro, impartiendo una extraordinaria bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo) y presidiendo un rezo mundial en tiempos de una pandemia del coronavirus que ya ha provocado hasta el momento más de 26.000 muertes en todo el mundo.
Ni siquiera Paolo Sorrentino, el cineasta italiano que ha rodado las exitosas series The Young Pope y The New Pope, podría haber imaginado esta escenografía tan potente. Francisco había pedido a los 1.300 millones de católicos de todo el mundo que se uniesen a él para rezar durante una hora. En su plegaria ha asegurado que el coronavirus ha puesto a todo el planeta “en la misma barca”, y ha terminado pidiendo: “Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”.
“Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”, ha dicho el Papa justo antes de impartir la bendición.
Normalmente el Pontífice realiza dos urbi et orbi al año, en Navidad y en Pascua, pero esta vez ha decidido hacer una “extraordinaria” ante la difícil situación que atraviesa el mundo. “ Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso”, ha afirmado.
Es la primera vez que no hay pantallas en la plaza de San Pedro, donde no se permite la entrada a turistas como parte de las reglas de prevención de los contagios del Covid-19 en Italia, un país donde sólo hoy se han registrado más de 900 muertes.
Francisco ha caminado en la lluvia en una plaza vacía que normalmente está abarrotada de decenas de miles de personas. No ha desaprovechado la oportunidad de alabar a las personas ejemplares que “ante el miedo han reaccionado dando la propia vida”.
“Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes –corrientemente olvidadas– que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”, ha continuado.
A los pies de la Basílica de San Pedro se expuesto el icono mariano Salus Populis Romano, el más venerado de Roma en la Basílica de Santa Maria Maggiore; y el crucifijo milagroso de san Marcello al Corso. Los romanos veneran este crucifijo de madera que se dice que quedó intacto en 1519 tras un incendio y tres años después, fue sacado en procesión para pedir el fin de la peste negra que asediaba la ciudad eterna.
Este crucifijo ya se ha convertido en un símbolo contra el Covid-19 desde que el pasado 15 de marzo el Papa se trasladara personalmente a rezar ante él y dejara otra imagen histórica, la del Pontífice caminando por las calles desiertas del centro de Roma
El Papa también ha donado treinta respiradores que irán a hospitales de España e Italia para ayudar a combatir la crisis mundial, así como 100.000 euros a Cáritas para que se ocupe de ayudar a los más necesitados en estos momentos.
En el Vaticano se están haciendo pruebas masivas después de que un nuevo funcionario de la Secretaría de Estado haya dado positivo al coronavirus, ha publicado Il Messaggero. Se trata de un funcionario que reside en Santa Marta, la casa donde vive el papa Francisco, y se encuentra hospitalizado. En total hay cinco casos de Covid-19 en el Vaticano. Se desconoce si se han tomado medidas para proteger al Pontífice de un posible contagio.
Con información de La Vanguardia