La metrópolis, de 11 millones de personas, fue cerrada el 23 de enero, poco después de que el patógeno SARS-CoV-2 fuera identificado como un nuevo virus. Hasta entonces, se había cobrado la vida de 17 personas. En la ciudad se cerró la red de transporte local, así como el aeropuerto y las estaciones de trenes. Tiendas y restaurantes también suspendieron su actividad. En pocos días, las calles de Wuhan se vaciaron.
Como resultado de la medida, el brote de covid-19 en la China continental resultó casi totalmente localizado en Wuhan. En la ciudad se organizaron varios hospitales —uno de ellos, de 1.000 camas, fue erigido en 10 días— dotados de miles de médicos tanto locales como llegados de otras partes de China.
Ya a inicios de marzo, la situación epidémica se estabilizó. El 10 de marzo, se cerró el último hospital temporal. El día siguiente, el presidente chino, Xi Jinping, visitó la ciudad, que todavía estaba en cuarentena.
A finales de marzo se anunció que en la metrópolis empezaron a funcionar el metro y los autobuses. También se reanudaron entonces las comunicaciones aéreas en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan. La medida de reabrir la capital provincial se ha tomado después de que el martes las autoridades sanitarias no detectaran ningún caso de coronavirus.
Con información de RT