La Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, invita al público en general a participar virtualmente en las actividades que está organizando el Museo del Ferrocarril “Jesús García Corona”, a través de vídeos y publicaciones donde se mostrarán entrevistas, juegos e imágenes.
El Museo del Ferrocarril “Jesús García Corona”, a través de la exposición “Carros Campamento. Colonias Rodantes“, mostrará uno de los diversos proyectos innovadores dentro del proceso de modernización de los Ferrocarriles Nacionales de México durante la primera mitad del siglo XX.
Uno de sus planes consistió en acrecentar el bienestar personal y laboral de sus trabajadores del Sector de Vía y Conexos, esto, mediante el otorgamiento de carros-campamento y la facilitación de otros carros servicios como los carro-tienda, carro-hospital, carro-escuela, carro-pagador y carro cisterna, indispensables para llevar una vida más cómoda y poder satisfacer sus necesidades básicas.
El proyecto modernizador de Ferrocarriles Nacionales de México, no sólo consistía en lograr una evolución material de la empresa, sino también en el manejo de su recurso humano, no bastaba con recuperar caminos férreos, adquirir trenes más veloces, implementar nuevas técnicas en los talleres, aumentar su productividad, elevar los índices de seguridad y los volúmenes de carga y de pasajeros, etcétera, si no se contaba con un plan que fortaleciera, protegiera y apoyara a sus trabajadores en la realización de sus actividades; existió la necesidad de lograr conjuntamente una evolución integral de la empresa, por lo que fue necesario, poner en marcha un programa de bienestar ferrocarrilero que velara por sus intereses y mejorara la calidad de vida de sus familias en cuestiones de salud, cultura y educación.
De 1955 a 1957, se construyeron unidades hospitalarias, centros deportivos, escuelas, se otorgaron becas para cursar la educación primaria y se levantaron edificios que fungieron como centros de capacitación ferrocarrilera. La reconstrucción y rehabilitación del sistema ferroviario necesitaba que el personal de vía ambulante disfrutara de habitaciones cómodas e higiénicas, para ello, en agosto de 1955, en los talleres de San Lázaro, se implementó un programa meramente experimental que consistía en crear colectividades ambulantes o colonias rodantes, compuestas de carros campamento y carros de servicio como núcleos orgánicos de habitación.
De acuerdo con los planes de la empresa, a estos talleres se les asignó una producción inicial de 20 unidades mensuales y 240 unidades por año, por lo que resultó necesario alojar a 480 familias de trabajadores de vía. En el contrato colectivo de los trabajadores de vía se estipulaba que la empresa les otorgaría vagones de carga para su adecuación como vivienda y de esta manera no batallaran en la búsqueda de hospedaje; las cuadrillas, término con el que se le conocía a los grupos de carros – campamento, se componían entre 10 y 15 vagones donde cada vagón albergaba a dos familias.
El carro-campamento fue un espacio de vida cuyos ocupantes imprimieron su huella en cada rincón. La presencia humana creó una atmósfera contenida entre grandes espacios pintados de crema, verde pulman, bermellón y amarillo medio, rematados por negro, rojo óxido y aluminio, todos ellos componentes de la estética del espacio habitacional. Al interior de vagón, se podían encontrar varios muebles como cama, ropero, estufa de leña, sillas, mesa, máquinas de coser y otros muebles de uso diario.