Traducido como “el arte de realizar arreglos florales”, ikebana es una tradición japonesa que fomenta la relajación, la meditación y el bienestar. Usando flores, hojas, ramas, semillas y hasta algunos frutos, esta disciplina ayuda a liberar el estrés y disfrutar del momento presente. Ya lo sabían los monjes japoneses del siglo XV: la conexión con la naturaleza es esencial para la salud.
Ono-No-Imoko, el primer sacerdote que experimentó con arreglos florales para ofrendar durante las ceremonias religiosas, y desarrolló una disciplina basada en la comunicación con la naturaleza. En la actualidad, existen muchas escuelas y estilos de ikebana, pero todas buscan simbolizar el universo entero.
CLAVES PARA REALIZAR TU PRIMER ARREGLO FLORAL
Para crear tu propio arreglo floral, debes saber que:
– Necesitarás un kenzan, un soporte para los tallos y flores. Puede ser rectangular o circular y suele ser de cerámica. También necesitarás tijeras para arreglos florales, cinta y alambre floral.
– Es preferible que las flores, ramas o frutos que utilices sean cogidos el mismo día que se crea el ikebana, y de un lugar cercano a tu casa. Los arreglos acaban deteriorándose, lo que refleja el paso del tiempo y el carácter efímero de las cosas: un valor importante para la filosofía zen.
– Cada creación debe construirse con paciencia y en pleno silencio. De esta manera, podrás meditar de manera profunda con la naturaleza.
– Los arreglos deben representar un triángulo escaleno, llamado Tai-Yo-Fuku. Cada punto simboliza el cielo, la tierra y el ser humano.
– Pon la creatividad al servicio: en los arreglos se busca la armonía pero jugando con la asimetría y la diferencia de tamaños y grosores.
– En este arte japonés todo tiene un significado. Por ejemplo: las rocas y las piedras se representan con ramas de pino y el agua con crisantemos blancos. También se pueden representar estaciones y estados de ánimo: la primavera se asocia a las creaciones con curvas pronunciadas y el verano con composiciones desplegadas y espaciosas.
TIPOS DE IKEBANA
Ikebana Rikka, estilo clásico
Todos los elementos de este ikebana suelen dirigirse hacia arriba, hacia el cielo, ya que tiene un origen religioso. Suelen tener recipientes dorados o de cerámica decorada y su diseño debe representar un pequeño jardín.
Ikebana Nageire, estilo naturalista
Las creaciones naturalistas buscan la belleza de una manera natural y poco artificial. Nageire significa “introducir” y refiere a emplear jarrones altos y de diámetros pequeños para depositar las maravillosas plantas y acentuar su desarrollo naturalmente bello. En este arreglo, no se cortan las plantas y se pueden entrecruzar unas ramas con otras.
Ikebana Moribana, estilo occidentalizado
En este arreglo, se da mucha más importancia a los colores, el follaje y las flores: la composición debe dar la impresión de volumen, belleza y tridimensionalidad. Los materiales se colocan en un recipiente plano para acentuar su belleza natural.
Con información de Bioguía