El panorama que estamos viviendo a nivel mundial indica que el segundo trimestre de 2020 “será dramático y el peor” desde que existen estadísticas en México. Tendremos una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del -36 por ciento y, por si fuera poco, no habrá de otra más que convivir con la COVID-19.
Al respecto, Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM, señala en entrevista para Prisma RU de Radio UNAM, que será un proceso ético, político, social muy complicado, en donde ciertas discusiones de quién paga qué, cómo y cuándo, se tendrán que revisar con mayor detalle en el futuro, no ahora.
“Tenemos que prepararnos para una situación muy significativa de costos sociales, económicos. Estamos empezando apenas una discusión sobre quién va a pagar estos platos rotos. Forzosamente habrá una deuda y de ninguna forma se van a crear empleos, por ello es importante que el sector público y privado tomen medidas anti cíclicas, pero ahora no es el tiempo de discutir”.
Por tanto, es fundamental ir más allá del “cortoplacismo”. En este sentido hay que tener presente la relación con China que, es ya, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía más grande del mundo desde 2014 y que, es también, nuestro segundo socio comercial con el cual aún no existe una relación estratégica integral en temas políticos, financieros y económicos.
De acuerdo con el académico universitario, desde 2013 China viene insistiendo en un proceso de globalización con características chinas que han marcado más su competencia con Estados Unidos aún en tiempos de la COVID-19, en donde, “pareciera que al menos en términos de las relaciones públicas y los medios, el país asiático ha tenido un impacto más positivo que Estados Unidos en América Latina y México.
Con información de UNAM Global