La Comisión Nacional Forestal (Conafor) impulsa la conservación activa de los ecosistemas forestales mediante el Pago por Servicios Ambientales, que son los beneficios que brindan los ecosistemas al ser humano para proporcionarle agua y aire limpio, alimentos, paisajes, regulación del clima y enfermedades, captura de carbono, conservación de la biodiversidad, reducción de riesgos ante desastres naturales, entre otros.
Estos servicios ambientales se dan de manera natural o gracias a personas que están preocupadas por cuidar y realizar buenas prácticas de manejo en las zonas donde se generan”, expuso la Conafor.
En México, existen áreas con altos valores de biodiversidad que no cuentan con esquema de protección, por ello se creó el Fondo Patrimonial de Biodiversidad (FPB) como un mecanismo de financiamiento de Pago por Servicios Ambientales a largo plazo que, mediante los intereses creados del capital, otorga apoyos económicos a propietarios de los terrenos forestales, con el objetivo de conservar su diversidad biológica.
La comisión informó que el FPB fomenta la conectividad a través de corredores biológicos, impulsa el manejo integrado del territorio en un contexto regional y promueve sinergias con otros esquemas de conservación y manejo para lograr un mayor impacto en la conservación de los ecosistemas y su diversidad biológica.
Actualmente, el Fondo Patrimonial de Biodiversidad se aplica en la Sierra de Cacoma en Jalisco, la Sierra de Acaponeta en Nayarit y Durango y el Corredor del jaguar en la Costa de Jalisco.
En ellas participan 54 beneficiarios, de los cuales 27 son pequeños propietarios, 20 son ejidos y siete son comunidades.
Los beneficiarios del FPB deben cumplir con las siguientes actividades: conservar el ecosistema forestal y evitar el cambio de uso del suelo; evitar el sobrepastoreo y colocar anuncios alusivos al programa; integrar y equipar brigada para vigilancia, prevención y combate de incendios, plagas y enfermedades; integrar y equipar brigada para realizar monitoreo de la biodiversidad (Biocomuni).
Así como proteger sitios de anidación, refugio, alimentación de fauna y áreas de regeneración de especies forestales, informar a la asamblea sobre el uso y destino del recurso recibido anualmente y realizar talleres de capacitación para el fortalecimiento de capacidades.
Además, los beneficiarios desarrollan proyectos productivos amigables con el ecosistema para generar empleos y crear fuentes alternativas de ingresos.
Algunos ejidos y comunidades han invertido parte de sus recursos en proyectos de turismo de naturaleza con servicios de hospedaje en cabañas, restaurante, y actividades ecoturísticas como tirolesa, senderismo, kayak y avistamiento de aves, entre otros.