El primer ministro británico, Boris Johnson, condenó el miércoles el asesinato de George Floyd por la policía en Estados Unidos calificándolo de “inexcusable”, al tiempo que pidió a los británicos que protesten “de forma legal y razonable”.
“Creo que lo ocurrido en Estados Unidos fue espantoso, inexcusable”, dijo Johnson ante los diputados durante la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes.
“Todos lo vimos en nuestras pantallas y entiendo perfectamente el derecho de la gente a protestar por lo que ocurrió”, agregó en referencia a la muerte del afroamericano Floyd durante una violenta detención por un policía blanco en Minneapolis.
Pero, “obviamente, también creo que las protestas deben tener lugar de forma legal y razonable”, subrayó Johnson.
Al mediodía, cientos de personas -muchas cubiertas con mascarillas- se reunieron en el Hyde Park de Londres para exigir justicia por la muerte de Floyd.
Con gritos del “Silencio es violencia” y pancartas en las que podía leerse “Las vidas negras cuentan” o “Dejen que la justicia fluya como un río”, los manifestantes se reunieron en pequeños grupos que mantenían una prudente distancia de seguridad entre sí.
Por la noche una asociación antirracista llamó a los británicos a arrodillarse frente a sus casas para manifestarse respetando las reglas del distanciamiento físico.
Responsables de la policía británica aseguraron el miércoles comprender a “quienes están indignados” por la muerte del afroamericano, al tiempo que recordaban que las restricciones contra la propagación del coronavirus en el Reino Unido siguen prohibiendo las reuniones de más de seis personas.
“Estamos con las personas en todo el mundo indignadas u horrorizadas por la forma en que George Floyd perdió la vida”, afirmó un comunicado publicado en la web del Consejo Nacional de Jefes de Policía.
Pero “también estamos indignados por la violencia y la devastación que se ha producido desde entonces en muchas ciudades estadounidenses”.
“Sabemos que la gente quiere hacer oír su voz” y “el derecho a manifestarse legalmente sigue siendo un elemento clave de cualquier democracia”, añadieron.
El domingo, cientos de personas se manifestaron frente a la embajada de Estados Unidos en Londres. Hubo una veintena de detenciones.
La policía británica destaca sus esfuerzos para combatir el racismo y la discriminación pero, en octubre de 2015, un informe de un grupo de reflexión independiente, el Runnymede Trust, determinó que un “racismo sistémico e institucional persiste” en sus filas.
Con información de 24Horas