El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) declaró este jueves el fin del brote de ébola que ha asolado el noreste del país desde agosto de 2018, con un saldo de 3.463 contagios y 2.280 muertos.
“La victoria sobre esta larga epidemia también se debe al resultado de la cooperación internacional a través de nuestros socios”, afirmó el ministro congoleño de Salud, Eteni Longondo, en una rueda de prensa en Kinshasa.
Según las autoridades congoleñas, hoy se cumplen 42 días -dos veces el tiempo de incubación de este virus- sin que se haya detectado un nuevo contagio en las provincias nororientales de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri.
“Felicitaciones al Gobierno, el Ministerio de Salud y al pueblo de la RDC por esta victoria contra uno de los brotes de ébola más largos y mortales de la historia”, afirmó la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el país centroafricano, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
El brote, declarado el 1 de agosto de 2018, fue el primero que se da en una zona en conflicto como es el noreste de la RDC, lo que complicó la respuesta contra la epidemia.
Se trata de una zona próxima a grandes centros urbanos como Goma, en Kivu del Norte, y Bunia, en Ituri, y marcada por “zonas rojas” a las que incluso los sanitarios sobre el terreno tenían dificultades para acceder dada la presencia de decenas de grupos armados.
La peor epidemia en la historia de la República Democrática del Congo
Esta epidemia es la peor de la historia de la RDC y la segunda más grave a nivel mundial, después de la que arrasó África occidental de 2014 a 2016, en la que murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos, aunque la OMS ha admitido que estas cifras pueden ser conservadoras.
Sin embargo, el anuncio de hoy no deja al país libre de ébola, ya que el pasado 1 de junio las autoridades congoleñas informaron de la existencia de un undécimo brote en la ciudad portuaria de Mbandaka, capital de la provincia de Ecuador (noroeste) y donde en 2018 ya fallecieron de ébola 33 personas.
La enfermedad, descubierta precisamente en la RDC en 1976 -entonces denominada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Esta fiebre causa hemorragias graves y puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90 %. Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
Con información de EFE