Atender la salud mental de niñas, niños y adolescentes en casa y escuela es tan importante como la atención a la salud física, explicó la especialista Martha Elsa Bermea Castro, Jefa del Área de Salud Mental Infantil y Adolescente del Instituto Temazcalli del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“Debemos poner atención y no normalizar muchas conductas que desde muy temprano pueden ser signos de alerta, por ejemplo un niño que es más inquieto, más impulsivo, aislado, callado, todo eso son pequeñas alertas que nos van dando las niñas y niños que a veces como padres pensamos que es parte de la edad, que no hay ningún problema, que se le va a quitar y desconocemos que son una llamada de que el pequeño requiere atención”, advierte la experta.
Bermea Castro señaló que, las madres y padres de familia hoy en día tienen más ocupaciones, ambos trabajan y eso reduce el tiempo de atención hacia sus hijas e hijos, pero no por ello deben dejar de atenderse las señales de alerta que ha mencionado. “Si nosotros como mamás y papás no lo alcanzamos a ver en el contexto familiar por el mismo ritmo de trabajo, casi siempre las escuelas son una importante referencia, porque empiezan a hacer señalamientos a los padres de que algo está pasando con las niñas y niños, o en el contexto social, desde ahí podemos identificar”.
De acuerdo con la especialista, hiperactividad, distracción y depresión son los padecimientos más comunes. “Hay algo importante, porque queremos ver la depresión del menor igual que en el adulto, la niña o un niño la saca con una parte estable, una parte impulsiva, una parte enojada, pero también nos está diciendo que algo está pasando emocionalmente, con trastornos de ansiedad y depresión, por ejemplo, consumo de sustancias y problemas de la alimentación menores desde 10 u 11 años que también estamos atendiendo”.
La especialista compartió que en el Instituto Temazcalli tienen todas las herramientas de atención, incluso internamiento para casos graves de complicaciones para adolescentes desde los 15 años en promedio. Por ello, es fundamental acercarse a esta institución cuando se detectan los síntomas para que los especialistas hagan una evaluación y diagnostiquen correctamente al paciente, y de esta manera indiquen el tratamiento multidisciplinario, es decir con psiquiatría y psicología.