Las dietas antiguas de zorros podrían ser buenos indicadores del impacto humano en ecosistemas pasados.
Los zorros aman las sobras. En la naturaleza, los zorros se alimentan regularmente de los restos que dejan los depredadores más grandes como los osos y los lobos, pero cuanto más cerca viven los zorros de la civilización humana, más de su dieta se compone de alimentos que los humanos dejan atrás.
Juntos durante siglos
Según los estudios publicados el 22 de julio de 2020 por Chris Baumann, de la Universidad de Tübingen, Alemania, en la revista de acceso abierto PLOS ONE, los humanos influenciaron las dietas de los antiguos zorros, y estos pequeños carnívoros podrían ser trazadores de la actividad humana.
En este estudio, Baumann y sus colegas plantearon la hipótesis de que si esta relación comensal se remonta a la antigüedad, los zorros podrían ser indicadores útiles del impacto humano en el pasado.
Análisis de restos con miles de años
Los autores compararon las proporciones de isótopos de carbono y nitrógeno entre los restos de varios herbívoros, grandes carnívoros y zorros rojos y árticos de varios sitios arqueológicos en el suroeste de Alemania que datan del Paleolítico Medio y Superior.
En sitios de más de 42.000 años, cuando los neandertales ocupaban escasamente la región, las dietas de zorros eran similares a las de sus grandes carnívoros locales. Pero en los espacios más recientes, a medida que el Homo sapiens se hizo común en el área, los zorros desarrollaron una dieta más única que consistía principalmente en renos, que son demasiado grandes para cazar zorros pero que se sabe que fueron un objetivo importante para los humanos de la época.
Punto de inflexión en el Paleolítico Superior
Estos resultados sugieren que durante el Paleolítico superior, estos zorros hicieron el cambio de alimentarse de los restos que dejaban los grandes depredadores locales a comer alimentos que dejaban los humanos.
Esto indica que la dependencia de los zorros en la alimentación humana se remonta a unos 42.000 años.
Los autores proponen que, con más estudios que investiguen esta relación zorro-humano, las dietas de zorros antiguos pueden ser indicadores útiles del impacto humano en los ecosistemas a lo largo del tiempo.
Adaptación progresiva
«Las reconstrucciones dietéticas de los zorros de la era de hielo han demostrado que los primeros humanos modernos tuvieron una influencia en el ecosistema local ya hace 40.000 años. Mientras más humanos poblaban una región en particular, más se adaptaban los zorros a ellos», analizan los autores del estudio.
Referencia bibliográfica
Fox dietary ecology as a tracer of human impact on Pleistocene ecosystems. Autores: Chris Baumann, Hervé Bocherens, Dorothée G. Drucker, Nicholas J. Conard. Publicación: Plos One. Julio 2020.
Con información de Diario Eco