Si la dieta occidental puede ser un factor determinante en el desarrollo de las enfermedades autoinmunes, ¿por qué no habría de existir una opción para revertir y combatir este tipo de afecciones?
Existe una alimentación o dieta para una enfermedad autoinmune. Artritis reumatoide, tiroiditis de Hashimoto, liquen plano, lupus, esclerosis múltiple o hasta la espondilitis anquilosante, la rara enfermedad que padece Dan Reynolds, el vocalista de la, por ahora, desaparecida banda Imagine Dragons, entre otros, son algunos de los padecimientos que pueden entrar en este rubro. Sí el de las afecciones relacionadas al sistema inmune o que mejor se conocen como “autoinmunes”.
Si ya la padeces seguramente ya sabes que todo este tipo de enfermedades se caracteriza porque el mismo cuerpo ataca erróneamente sus propios tejidos causando daño hacia la zona donde va dirigido: articulaciones, tiroides, piel, nervios, etcétera. Y entonces, aunado al tratamiento médico prescrito, sabes que la alimentación tienen un papel primordial en estas enfermedades, ya que todas ellas cursan con algún grado de inflamación que se puede ver reducido o agravado, por el tipo de alimentos que ingerimos.
¿Qué es la dieta del Protocolo Autoinmune “AIP” y para qué sirve?
Es al Ph.D. Loren Cordain fundador de la dieta Paleo a quien se le atribuye la creación de esta dieta, que en realidad no es más que una versión de la misma, pero “reloaded”, es decir, mucho más estricta. El principio de la AIP radica en que toda condición autoinmune es causada por algo que los científicos llaman el “leaky gut” o el intestino permeable, ya que de alguna forma este órgano tiene una función de barrera, entonces la enfermedad surge al haber una alteración en la permeabilidad del mismo. Por lo tanto, nuestro intestino tiene la capacidad de elegir o suprimir el paso de ciertas sustancias que entran como alimentos y cuando estas logran atravesar la membrana y no son reconocidas por el cuerpo, provocan una reacción en el sistema inmune y este tiene que llevar a cabo una respuesta acentuada/incrementada como protección. La cual tiene a ser pro-inflamatoria.
Por consiguiente, la dieta para quienes tienen enfermedad autoinmune, es una dieta de eliminación que se enfocará en ayudarte a reducir la inflamación, así como otros síntomas generados por la propia enfermedad.
Entre más rica en nutrientes, mejores beneficios tendrás con este protocolo.
Proteína magra, frutas y verduras son los alimentos que regularmente deberás comer y eliminarás por muchas semanas o de forma permanente, alimentos proinflamatorios como aquellos que contienen azúcares o aditivos que tu cuerpo podría no reconocer y que desencadenan la respuesta autoinmune.
Todo esto mejorará, sin dudarlo, tus hábitos de alimentación y de alguna manera, aunque hagas introducción de nuevos alimentos en teoría “más saludables” deberás ser cuidadosos con su inclusión gradual para permitirte monitorear la tolerancia que tienes a ellos y que puedas reconocer también las reacciones que te provocan. Ten en cuenta que está no es una dieta si estás buscando la ideal para perder peso, esto va más allá.
Proteína magra, frutas y verduras son los alimentos que regularmente deberás comer
Esto lo que sí puedes comer o si ya lo haces, debes seguir comiendo:
Carne preferentemente de animales alimentados de plantas (libre pastoreo)
Pescados, sobre todo ricos en Omega 3
Verduras, pero no las de la familia de las solanáceas
Camote
Fruta en pequeñas cantidades (de 10 a 25 g de fructosa por día = 2 piezas)
Leche de coco
Aceite de oliva, aceite de aguacate o aguacate
Productos fermentados como kombucha, kéfir de leche de coco, kimchi (probióticos)
Miel de abeja o maple en pequeñas cantidades
Hierbas sin semillas como perejil, menta, oréganos
Té verde, té negro y otros tés herbales
Caldo de huesos y gelatina de animales de pastoreo
Vinagres: balsámico, de manzana, de uvas (sin azúcares añadidos)
Sal no refinada
Sé cuidadoso y elimina estos productos:
Todo lo que involucre cereales con granos y leguminosas (frijol, hummus, soya, etc.)
Nada de productos lácteos
No productos procesados
Cero azúcares y sobre todo los refinados, además de endulzantes artificiales
Evita los aceites vegetales industrializados como el de canola
No nueces ni semillas
Huevos
Café, chocolate, especias como comino o hierbas como cilantro
Solanáceas: tomates, pimientos, berenjena, papa, sus especias como paprika, pimienta de cayena, pimiento rojo molido, chile en polvo y salsas que los contienen: catsup, salsa picante o marinara.
Chicle
Agentes espesantes o emulsificantes
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno, aspirina, naproxeno…
Alcohol
Dile adiós a los lácteos, los azúcares, al café, el chocolate y más.
¿Qué dice la ciencia? ¿Funciona?
No hay mucha literatura, ya que el enfoque de esta dieta es relativamente nuevo, pero encontramos 3 artículos en la base de datos de Pubmed que nos dan una idea:
1
En la enfermedad Inflamatoria Intestinal, grupos de alimentos “inmunogénicos” o que ocasionan intolerancias tienen el poder de mejorar los síntomas originados por la inflamación. Y si modificas tu estilo de vida afirman que, sin duda, todo va mejor.
2
En 2019, la dieta AIP junto con un programa de estilo de vida mejoraron los síntomas en mujeres con enfermedad de Hashimoto, al disminuir la inflamación sistémica y al regular el sistema inmune.
3
Otro estudio en el 2019 en pacientes con colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn sugirió que AIP tiene efectos benéficos a corto plazo, en la fase de eliminación e independientemente del tratamiento médico.
Con información de GQ