Tenoch Huerta tiene una larga filmografía que lo ha llevado a ganarse algunos papeles en producciones internacionales, y sin duda es el actor mexicano más interesante de la actualidad.
Pocos actores mexicanos recientes reciben el respeto que se le da a intérpretes de otros países y a sus trabajos, y quizá sea un asunto de oportunidades. Tenoch Huerta, al igual que gran parte de los actores de su generación tuvo que trabajar en cortometrajes y producciones “independientes” durante gran parte del inicio de su carrera, sin tener la oportunidad de ganar un papel mainstream en una producción internacional, un lugar ya reservado para los pocos privilegiados y favoritos que se repetirán en pantalla hasta que las historias se acaben. Ahora se encuentra en lo que algunos considerarían la cima, pero que es sólo el inicio de otro camino, y no fue gracias a otra cosa que su talento.
La olvidada Déficit de 2007 podría ser señalada como su primer trabajo popular, sin embargo, es más importante y reconocible su trabajo en el cortometraje Café Paraíso de Alonso Ruizpalacios, por el cual ganó el premio a Mejor Actor en el Festival Internacional de Cortometrajes Shorts México. En éste breve trabajo de apenas 10 minutos, el entonces joven actor interpreta a un cocinero de un restaurante norteamericano, en el que trabaja como ilegal. La obra por sí sola, representó una perfecta prueba tanto de la visión de Ruizpalacios, quien logra encapsular todo un comentario social en ligeras acciones y diálogo inteligente, y el trabajo de Huerta, quien hace una actuación dentro de la actuación (así como suena) demostrando ser más que un actor que puede interpretar, digamos, a “cualquier mexicano”.
Es decir, cuando sus papeles resultan en el “hombre común”, el actor da un poco más de la personalidad del personaje a través de sus expresiones o la simple forma de hablar, y quizá sea su dinámica con Ruizpalacios la que hace resaltar este factor, ya que su mejor película a la fecha sigue siendo Güeros de 2014, posiblemente también una de las mejores cintas mexicanas de los últimos años.
En Güeros, Tenoch Huerta interpreta a “Sombra”, uno de los tres protagonistas. El papel parece ser el del simple hermano mayor aburrido en medio de un paro de la UNAM (del cual no se identifica la fecha), sin embargo, Ruizpalacios logra enfocar gran parte de la cinta a su reacción ante los diversos eventos, incluso usando a su hermano menor como el móvil para esa percepción. Sin dar demasiado, la cinta sirve para irlo descubriendo y el actor sólo hace el trabajo de mantener todo en la mirada.
Incluso podría decirse que en cierta forma, Tenoch es la antítesis de lo que se adora del actor mexicano. Las explosiones son mínimas y todo queda dentro de la quijada y la mirada. El cuadro final de Güeros (el cual ya debería ser icónico del cine mexicano) evoca un poco la última toma de Los 400 Golpes de Francois Truffaut, en el que sólo vemos la mirada del personaje, y queda en la audiencia averiguar lo que pasa por su mente.
Hasta en la serie ignorada Blue Demon, en la que interpretó a Alejandro Muñoz, era esencial que todo se mantuviera en la mirada, y entregó una historia que, aunque exagerada a momentos, resultaba completamente humana.
Por supuesto, para muchos su punto más alto es Narcos: México, interpretando a Rafael Caro Quintero, pero incluso dentro de este tipo de papel que en la actualidad es tan común, logra entregar un giro distinto. Se sale de la caricatura de lo que se espera que sea un miembro poderoso del narco y pasa como un hombre cualquiera envuelto en un disfraz. Tiene momentos de vulnerabilidad, pero a la vez se muestra la crudeza de la violencia mexicana a través de su sudor y, de nuevo, las expresiones.
Pero más allá de la actuación, Huerta ha ganado un impacto mayor por su voluntad de hablar sobre el racismo en México y la forma en que se manfiesta en un actor de piel morena, como lo es el. Incluso en la cinta Déficil, se vendió la idea de “dos clases sociales”, y mientras que la alta era representada por Gael García, la baja era vista a través de Tenoch Huerta. Asimismo, ha hablado sobre cómo los actores morenos suelen ser quienes interpretan a las personas pobres, o a los ladrones, lo cual se demuestra a través de su filmografía, señalando que no se pueden rechazar papeles porque son parte del trabajo para sobrevivir.
Por suerte, el talento que ha demostrado en pantalla ha servido para ganarse un espacio en la pantalla y demostrar que los mexicanos no sólo lucen de cierta forma.
Hay algo en Tenoch y sin duda lo seguiremos viendo.
Con información de GQ