Concluyó la primera semana del ciclo escolar, en algunos casos con dificultades para tomar clases a distancia, convirtiéndose en un desafío. En comunidades indígenas de Colima, donde no hay luz, los maestros deberán llevar los materiales impresos a cada familia.
En este regreso a clases a distancia, Briselia se sienta en un televisor que no funciona para apoyar a su hijo, de 4 años, mientras él se recarga en una mesa improvisada con dos cubetas y una reja de refrescos.
“Ya están contentos de que ya quieren ir al kínder, no pues ya rato quieren, quieren hacer tareas”, dijo Briselia Cruz Orozco, habitante de Comunidad Indígena.
Briselia vive en la comunidad indígena del Trapiche, en el municipio de Cuauhtémoc, Colima, donde la mayoría de las familias no cuenta con energía eléctrica.
“No, no tengo luz, ahí lo cargo en el jardín o con algunas vecinas”, insistió Esther, habitante de comunidad indígena.
Las maestras que imparten clases en las comunidades ubicadas en los municipios de Tecomán y Cuauhtémoc llevarán impresas todas las actividades escolares a cada uno de sus alumnos, y de manera continua tendrán que regresar por los materiales para evaluarlos y calificarlos.
En la escuela Simón Bolívar para niños migrantes, de la localidad de Quesería, en el municipio de Cuauhtémoc, solo inscribieron a 5 niños de 38 que concluyeron el pasado ciclo escolar.
“Decidieron no inscribir a los niños porque no cuentan con la tecnología necesaria y también que muchas de ellas no saben escribir, no saben leer, no conocen en si las letras”, agregó Francisca Villegas, coordinadora del Centro Educativo “Simón Bolívar para Niños Migrantes”.
Las mamás que no inscribieron a sus hijos en este ciclo escolar dicen que les enseñarán lo poco que ellas saben en casa.
“Hay niños que pues se decepcionan porque pues no tienen los aparatos electrónicos, no tienen internet. Entonces ellos lo que hacen es salirse a trabajar y dejar por completo la escuela, pero cómo docentes tenemos el reto de salir buscarlos, de ir y llevarles las actividades hasta su casa”, concluyó Karen Gutiérrez Sánchez, directora de la Primaria “Simón Bolívar para Niños Migrantes”.