La caída de Tenochtitlán no fue obra de los conquistadores españoles, afirmó el historiador Enrique Semo en la conferencia La Conquista de México y la división de los pueblos indígenas, efectuada este el miércoles en la plataforma digital Contigo en la distancia, de la Secretaría de Cultura federal.
“Podemos decir, sin exagerar, que la destrucción del imperio azteca –como ocurrió en su tiempo con las caídas de los imperios teotihuacano, tolteca y tepaneca– fue un fenómeno interno de la historia de los pueblos originarios”. sostuvo.
“Pero los que la produjeron no sabían, ni podían saber, que el desenlace final les sería profundamente adverso, porque llevaría al poder a un imperio europeo que los reduciría a todos a una condición de súbditos inferiores de un sistema colonial”.
El también economista y ensayista político, autor del libro La Conquista: catástrofe de los pueblos originarios, destacó que existe una corriente histórica en Estados Unidos que ha elevado al rango de conquistadores a los nativos que participaron como aliados del ejército de Hernán Cortés.
Tras aludir a los libros Indian conquistadors: Indigenous allies in the conquest of Mesoamerica y Siete mitos de la conquista española, de Laura e. Matthew y Matthew Restall, de forma respectiva, afirmó que esa corriente sostiene que no hubo expediciones en las que los indigenas no participaran en números superiores como aliados de los españoles.
“Estos indios fueron, según esos autores, el sector principal de la Conquista, y sus hazañas registradas en documentos y obras escritas por sus descendientes son la verdadera historia de la Conquista”, indicó.
“Así, la resistencia a los conquistadores españoles se diluye hasta desaparecer y los verdaderos héroes de esa historia de la Conquista son los indios que colaboraron con los españoles”.
De acuerdo con Enrique Semo, quien hace unas semanas cumplió 90 años, los llamados conquistadores jugaron, desde el punto de vista objetivo, el papel de fundadores en una nueva sociedad colonial en la cual todos los pueblos originarios, incluyendo los así llamados conquistadores indios, fueron reducidos a la condición de dominados y explotados por una potencia europea.
“Los que resistieron, se revelaron y se negaron a obedecer una y otra vez en la Conquista y durante los 300 años de la Colonia son indígenas sin historia”, afirmó el investigador, quien aseguró que Cortés supo aprovechar el odio y el terror que los mexicas inspiraban entre los distintos pueblos del Anáhuac para crear una alianza.
“Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el peso principal de las batallas recayó en los indígenas tlaxcaltelcas, acolhuas, cholultecas, totonacos y otros que pelearon bajo la direccion de sus propios jefes, a veces sin la presencia de los españoles”.
Según el intelectual, en el mundo mesoamericano “nunca hubo una nación, un Estado, un patriotismo o un ejército que pudiéramos llamar indígena. Una de las principales causas de la derrota de los pueblos originarios a manos de los conquistadores españoles fue la extrema división, la contante beligerancia que entre ellos reinaba y que permitió a los conquistadores aplicar el viejo lema del colonialismo mundial: Divide y vencerás”.
Con información de La Jornada