Rosalino Sánchez Félix, mejor conocido por su nombre artístico Chalino Sánchez, fue un cantante y compositor mexicano de corridos y narcocorridos, que nació en El Guayabo, Sinaloa, México el 30 de agosto de 1960 y falleció en Culiacán, Sinaloa, México, el 16 de mayo de 1992.
Crianza y Familia
Se crió en una familia pobre en el Rancho Las Flechas en Sinaloa, México. Su padre era Santos Sánchez, su madre Senorina Felix. Tenía siete hermanos, Armando, Lázaro, Régulo, Lucas, Espiridion (El Indio), Francisco y Juana. Chalino experimento tragedias y la pobreza a la edad de seis años, cuando su padre falleció, su familia calló en el caos. Su hermana Juana fue violada por un mafioso local que vivía cerca, lo que lo impulsa a actuar a Chalino airadamente en el incidente. Mató al hombre que violó a su hermana, y huyó a los Estados Unidos.
Chalino Sánchez huye a los Estados Unidos
En 1977, Chalino emigró ilegalmente a los Estados Unidos, a donde llegó con la ayuda de un traficante de personas a través de la frontera de Baja California. A su llegada comenzó a trabajar en los campos de Coachella y se benefició de trabajos que le encomendaban.
Además de concentrarse en su negocio ordinario, inicio un relación con una mujer que le presento su hermana Juana, esta mujer era Marisela Vallejos Felix, originaria de Mexicali, Baja California, México, con quien que más tarde procrearía a dos de sus hijos, Adán Chalino Sánchez y Cynthia Vallejos Sánchez.
Cuando Chalino pensaba que todo iba bien, se produjo otra tragedia en su familia. Su hermano Armando Sánchez fue encontrado asesinado en un hotel. Su hermano fue traicionado por un buen amigo suyo. Este evento llevó a Chalino a escribir y cantar acerca de las tragedias, los traficantes de drogas y canciones de amor. Dicen que el primer corrido lo escribió poco tiempo después para conservar la memoria de su hermano.
Inicio de una nueva carrera
Un día, trabajando, Chalino fue presentado a un hombre con el nombre de Ángel Parra, quien se interesó en su talento musical después de un pequeño rendimiento. Ángel Parra organizó una reunión en su estudio denominado, “Estudios de Angel”, y comenzó a grabar su primer “demo” en cassette con un grupo norteño llamado, Los Cuatro de la Frontera. Si bien Chalino fue grabo diversos temas y corridos en el estudio como, Armando Sánchez (canción homenaje a su hermano asesinado), El Sapo, Beto López, y Los Sinaloenses. Irónicamente, el primer pensamiento de Ángel Parra fue que la voz de Chalino era “inadecuada” para la música norteña; después de que Chalino grabara el primer demo, su popularidad comenzó a crecer en la comunidad méxicana-estadounidense.
En 1989, Chalino fue reconocido en todo California y las solicitudes se amontonaban para que él cantara en diversos lugares, en sus presentaciones se las pagaban de diferentes maneras, incluyendo dinero en efectivo, prendas de vestir, vehículos y armas.
Aumento de fama
Chalino realizo conciertos en diversos lugares como: Los Angeles, California, localidades y lugares como El Parral Nightclub, El Farallón, Keystone Mostrar Ford y Noches de Taconazo. En ese momento pasó por bandas y formó Los amables del Norte, la producción de algunos de sus mejores canciones. Firmó con numerosos sellos discográficos como Linda Discos, Cintas Acuario, RR, Balboa Documentos EDIMUSA, y Musart.
Colaboraciones
Unicamente grabo en vivo y/o en estudio con con los grupos musicales: Los amables del Norte, Los Guamuchileños, La Banda la Costeña, La Banda Culiacan, La Banda Flor del Campo, Los Cuatro de la Frontera.
El resto de los discos que hay en el mercado, con otros musicos, son unicamente tributos y montajes de audio.
El mito de Rosalino Sánchez Félix, el ‘Rey del corrido’ y considerado por muchos el pionero del narcocorrido; quien no solo cantaba canciones sobre el México bravo, sino que también vivía en un mundo peligroso y no temía usar pistola, surgió durante un baile en Coachella, California, el 24 de enero de 1992. Esa noche, ‘Chalino’ encaró por primera vez a la muerte, cuando a media canción, un hombre desconocido subió al escenario, empuñó su arma y lo encañonó.
Minutos antes, en el público las mujeres coreaban las canciones de su ídolo norteño y los hombres bebían alcohol. Entre los cientos de asistentes de esa noche, un hombre llamado Eduardo Gallegos se encaminó hacia el templete, ubicado frente al cantante, lo único que le quedaba era jalar el gatillo. Desde tiempo atrás, ‘Chalino’ sabía que en cualquier momento lo podrían matar, por eso, al percatarse de lo que iba a ocurrir, sacó de su pantalón una escuadra calibre .45 y disparó el primer tiro. Cuando intentó el segundo el arma se le trabó. Entonces estrelló la cacha en la cara de Gallegos. Este soltó dos disparos que atravesaron el pulmón derecho del cantante y enseguida le tiró entre 11 y 12 impactos más, pero no atinaron a dar en el blanco.
De inmediato sobrevino el pánico en la multitud: gritos, confusión y más disparos. Era casi la medianoche y en el escenario del restaurante-bar Plaza Los Arcos, se presentaba el joven de 31 años, moreno y bien parecido, con sombrero texano, botas de piel de serpiente, pistola fajada, reloj y cadena de oro: toda la parafernalia de un auténtico cantante de narcocorridos.
El tiroteo provocó el cese del evento y el cantante fue llevado en ambulancia al hospital. Ahí pasó diez días internado en estado crítico, sin saber si sobreviviría. Gallegos también resultó seriamente lastimado y fue encerrado en prisión por intento de homicidio y homicidio imprudencial, ya que el saldo rojo que arrojó la noche resultó en una persona del público muerta, un inocente de nombre René Carranza, y diez heridos. El intérprete de rancheras románticas, corridos y narcocorridos se recuperó. Ese enfrentamiento le provocó fuertes críticas al propietario del local e incluso demandas por parte de los múltiples heridos, que lo orillaron a la venta del inmueble. En contraste, para el cantante, este escándalo fue de gran ayuda, puesto que se incrementaron sus ventas musicales y las entradas sus siguientes presentaciones estuvieron agotadas.
Se escapó de la muerte en ese momento, pero ya tenía una cita marcada y volvería por él, en su propia tierra: Culiacán, Sinaloa, donde nació un 30 de agosto de 1960.
La violenta niñez de un ídolo
Los Vasitos es uno de los pueblos más importantes de la sindicatura de Las Tapias, en Sinaloa. Ese es el lugar donde la familia Sánchez Félix entierra a sus muertos. Ahí reposan los restos de ‘Chalino’, de su hermano mayor Armando, de su padre Santos Félix y de su hijo, Adán. El panteón se localiza cerca del pequeño caserío donde nació ‘Chalino’, ubicado en El Guayabo, a las afueras de Culiacán. Las Tapias, otra localidad cercana, es una serranía y se encuentra cerca del estado de Durango; por su ubicación, desde los años 70 se ha convertido en una ruta habitual para el tráfico de droga. Por eso y a pesar de que los datos oficiales clasifican a estas tierras como zona de agricultura de temporal y autoconsumo, no es extraño encontrarse con gente armada, “halcones” en moto y hombres en camionetas costosas que vigilan el territorio.
El mausoleo de los Sánchez Félix es un cuarto de color naranja de aproximadamente 4 metros por 2, que en la parte superior de su pórtico mantiene una placa oscura con una imagen de la Virgen de Guadalupe y la siguiente leyenda: “Querido hermano y padre Chalino Sánchez Félix, Agosto-30-1960 / Mayo-16-1992; has muerto para el mundo pero para nosotros siempre estarás vivo en nuestros corazones. Te extrañamos mucho, pero algún día en el cielo nos veremos otra vez”. No es el sepulcro más suntuoso del pequeño cementerio, pero sí es el que tiene más historia.
Rosalino fue el cuarto de los ocho hijos de doña Senorina Félix y don Santos, quien falleció cuando su hijo apenas tenía seis años. De ahí que el muchacho tuviera que aprender a valerse por sí mismo desde que era un niño pequeño. Tenía mucho carácter, ha dicho su viuda Marisela Vallejos Félix, su prima lejana, que lo conoció toda la vida. Era bravo y de mecha corta. Pasó una infancia de carencias y apenas terminó de estudiar la primaria. A los doce años, pasó por una experiencia truculenta como decisiva: su hermana mayor, Juana, fue “robada” por un hombre de la comarca y se la llevó con él. Esta es una costumbre arraigada localmente: un hombre se lleva de su casa a una mujer y la lleva a vivir con él, por la buena o por la mala. Este hecho marcaría el futuro de ‘Chalino’ de un modo que no podría predecir, convirtiéndose, unos años más tarde, en un asesino.
Cuando ‘Chalino’ tenía 17 años, mató a Héctor ‘El Chapo’ Pérez, quien era un allegado del raptor de su hermana, un hombre llamado Juan Quiroz, que se dio a la fuga. La tragedia ocurrió porque Pérez hablaba mucho acerca del rapto y de cómo la vida íntima de la pareja era terrible porque Juana era, según él, “mala en la cama y en la cocina y no servía para nada”, manchando así la reputación de la joven. Cuenta la leyenda que el niño se le acercó y le dijo: “Mira ‘Chapo’, el día en que yo llegue a ser hombre, la primera pistola que compre, en tu pecho la voy a estrenar, cabrón”.
El futuro ídolo cumplió su palabra: algunos años después, fue a buscar al mentado ‘Chapo’ a un baile que se celebraba en un pueblo cercano llamado El Vizcaíno. ‘Chalino’ vigiló a su presa por largo rato y, en cuanto tuvo oportunidad, le soltó tres tiros y luego de verlo caer, huyó de Sinaloa. Esto sería la inspiración de uno de sus primeros temas de éxito, que se compuso a sí mismo, el ‘Corrido de Rosalino’: “Dejó su tierra natal/Porque así quiso el destino/Por defender su familia/Por eso peleó Chalino”.
Mientras él se escondía, el drama de los Sánchez Félix continuó en Las Tapias. Armando, hermano mayor de ‘Chalino’, dio muerte a un cacique llamado Aparicio Ruiz, a quien le metió 5 balazos con una 38. De ese enfrentamiento, años después, ‘Chalino’ escribiría un corrido llamado ‘ Los dos Cabales’. Armando se fue a alcanzar a su hermano menor y cruzaron la frontera hacia Estados Unidos.
A la fama sin documentos
En 1978 los hermanos Sánchez Félix llegaron como indocumentados a San Ysidro, California, y se establecieron en Inglewood, una ciudad del condado de Los Ángeles. Ahí, ‘Chalino’ comenzó a laborar en diversos oficios: lavando autos y hasta de chofer del dueño de un restaurante italiano, mientras escribía sus canciones, en las que reflejaba su realidad, una vida a salto de mata, desconfiado, pleno de talento y ambición, pero con un carácter volátil.
En 1981 se inició como ‘pollero’ (transportando ilegales) junto a su hermano Armando, quien fue asesinado en 1984 en Tijuana, Baja California, por un presunto socio que lo mató a sangre fría, supuestamente como venganza por el homicidio del cacique años atrás, en Las Tapias. Tras el deceso, el cantante le dedicó tres corridos a su ‘carnal’.Cargando Video…A 20 años de la muerte de Chalino Sánchez, su viuda recuerda su sospechoso deceso
Luego del asesinato de su hermano, ‘Chalino’ fue acusado de varios delitos menores y recluido por unos meses en una cárcel de Tijuana, junto con otro de sus primos, Ismael. Ahí comenzó a escribir más corridos por remuneración económica. Al salir de prisión regresó a Los Ángeles, donde ya se había corrido la voz de que escribía canciones, por lo que mucha gente comenzó a encargarle sus historias de vida o anécdotas personales, que Rosalino componía y entonaba a cambio de pagos en efectivo o en especie, como relojes o joyas de oro.
Fue en ese tiempo que se casó con Marisela. La boda, una ceremonia sencilla y con pocos invitados, fue un tanto precipitada por el embarazo de la muchacha, quien ya gestaba al que sería su primogénito: Adán. Tiempo después tendrían una niña bautizada como Cynthia. Ese mismo año, Rosalino grabó su primer material en Estados Unidos con el grupo norteño Los Cuatro de la Frontera. Esa grabación dispararía su carrera sin siquiera haberlo imaginado.
La facilidad de ‘Chalino’ para escribir corridos por encargo era impresionante; Marisela cuenta que no se inspiraba en escuchar canciones de otros corridistas, y que ni siquiera podía leer música. La verdadera inspiración le llegaba sentado en el retrete: una vez que entraba al cuarto de baño, no salía hasta tener un corrido compuesto.
“Era muy natural”, dijo la viuda en una entrevista a Univision. Sin embargo, aunque era muy hábil para escribir, tenía un defecto que terminó convirtiéndose en un distintivo: una voz desafinada. Las críticas surgieron desde el primer momento en que grabó con Los Cuatro de la Frontera, sin embargo, y para sorpresa de todos, el material cobró popularidad, llegando a grabar 200 corridos.
Con el paso del tiempo, se volvió más y más popular: en las calles de Los Ángeles se empezaron a ver jóvenes con botas exóticas, sacos norteños, anillos y cadenas de oro: el ‘look’ estilo ‘Chalino’. Sus temas, acerca de las actividades de narcotraficantes, se volvieron conocidos y hasta los tocaban en la radio. El truco era hacerlos parecer casi heróicos: aventureros, forajidos, valientes. Hoy es muy diferente, pero él fue el primero. Y fue esto mismo lo que le acabó costando la vida.
15 de mayo de 1992: el último corrido
Poco más de tres meses depués del tiroteo en Coachella, ‘Chalino’ volvió a Culiacán. Habían pasado más de cinco años de que aquel joven serrano de camisa desabotonada había grabado su primer disco, y poco más de ocho de que mataron a su hermano. Previo a esa presentación, sus familiares y amigos le dijeron que no aceptara el contrato, que volver a México era muy peligroso porque estaba amenazado de muerte.
Sin embargo, como en ‘El Padrino’, le hicieron una oferta que no pudo rechazar: 20,000 dólares (40 ,000 ajustado a hoy). Eso pudo más que cualquier precaución. “Sí hubo algunas llamadas un poquito raras, sí hubo gente que nos previno de lo que iba a pasar, pero también él era una persona muy segura de sí misma y dijo: ‘¿Sabes qué?, si mi padre Dios ya lo decidió, va a pasar‘”, recuerda Marisela: “Y así fue.”
Esa noche, en el salón Bugambilias de Culiacán no cabía otra alma: los ‘culichis’ vestían ‘achalinados’ y las mujeres lucían sus escotes y joyas brillantes, el estilo hoy conocido como ‘ buchón‘. ‘Chalino’ salió al escenario con cinco coristas y los músicos que lo acompañaban, Los Amables del Norte, con su indumentaria habitual. Al principio el baile transcurrió como lo planeado, hasta que un mensaje escrito —ostensiblemente una amenaza— llegó a sus manos. Al leerlo, el semblante del ‘Criminal de la canción’ cambió.
Nacho Hernández, acordeonista del grupo Los Amables del Norte, quienes acompañaron a ‘Chalino’ en la presentación, recordaría años después este detalle: “Cuando leyó el papelito que le mandaron se le notó el nerviosismo; pero él nunca dijo nada”.
Al terminar el baile, en vez de irse de inmediato, decidió seguir la fiesta. Ya lo esperaban algunos amigos y mujeres para seguir celebrando. A la altura del monumento a Cuauhtémoc, antes llamada La Canasta, una zona céntrica de la ciudad, fue interceptado por un grupo de hombres armados que dijeron ser policías. Lo bajaron del auto en el que viajaba y lo subieron a una camioneta Ram Charger para llevárselo con rumbo al norte de la ciudad. Nadie lo volvió a ver.
Al día siguiente, Rosalino Sánchez Félix, de 31 años de edad, fue hallado con un par de tiros en la nuca y rastros de tortura. En sus últimos momentos, el padre del narcocorrido sufrió horriblemente. Estaba tan golpeado, que era casi imposible reconocerlo y muchos se negaron a creer que su ídolo había muerto, hasta que fue identificado por un tatuaje de una cruz en su talón. A 25 años de distancia, las incógnitas del crimen no se resolvieron y el mito del sinaloense sigue creciendo, como él mismo cantaba en uno de sus corridos: “Pa’ todo aquel que vive recio, siempe hay lugar en la fosa”.
Adán, la tragedia tiene larga sombra
El 27 de Marzo de 2004, tan solo 12 años después del asesinato de su padre, murió el primogénito, Adán, también conocido como ‘Chalino. El joven, de 21 años de edad, falleció en un sospechoso accidente automovilístico, en un tramo de la carretera de Escuinapa, Sinaloa, relativamente cerca de Culiacán; lo curioso es que se trata de un tramo muy poco frecuentado, y nadie se explica qué era lo que ‘Chalino chico’ (como lo identificaban los amigos y colaboradores de su padre y también algunos locutores radiales de la franja fronteriza) estaba haciendo en ese lugar inhóspito y desierto.
Adán, nacido y criado en Los Ángeles, había decidido desde muy niño, apenas muerto su padre, seguir los pasos paternos y, por lo mismo, cantaba corridos y narcocorridos – muchos composiciones de su padre-, buscando emularlo, algo que le causaba inquietud a su madre: “Yo le decía que no cantara lo mismo que su papá. No quería que le fuera a caer mal a alguien y luego se lo quisieran cargar también. Yo le decía ‘eres todo lo que tengo’, pero él insistía en que tenía que hacer carrera con éxito, porque se lo debía a sí mismo y a su papá”.
La invitación a presentarse en Culiacán le pareció a Marisela de mal agüero. Si Rosalino no hubiera viajado allá, quizá no habría sido asesinado. Para ella el territorio estaba salpicado de sangre y marcado con sombras. Adán la disuadió: le iban a pagar y no solo era eso, sino que quería ir a la tierra de su padre para demostrar que era bragado y que el hijo de ‘Chalino’ Sánchez no le tenía miedo a nadie.
El accidente mortal sucedió a las 6 de la tarde (horario de Sinaloa) cuando Adán, quien hablaba poco español -el inglés había sido su primer idoma en la escuela- y no conocía realmente Culiacán, viajaba de pasajero en un Crown Victoria, acompañado por su manajedora Lorena Rodríguez y su chofer.
Son pocos los detalles de los hechos que se supieron en el momento: la policía sinaloense aclaró que el auto en el que viajaban salió de la carretera a alta velocidad y al llegar a esta zona desértica, salió de la carretera dando vueltas varias veces (aunque no se explicó nunca de modo plausible qué podría haber causado la volcadura). Adán Sánchez fue lanzado fuera del vehículo y voló varios metros, para estrellarse. El chofer y Rodríguez sufrieron graves heridas y fueron trasladados a un hospital cercano por ambulancia, ‘Chalino chico’ lamentablemente, falleció en el lugar de los hechos debido al brutal impacto que le destrozó el cráneo.
De inmediato, apenas saberse, la noticia de la tragedia fue transmitida por Noticias 34 Univision en Los Angeles, durante comerciales de Sábado Gigante y causó conmoción en la comunidad mexicana de la zona. Era tan joven, que su muerte fue recibida con estupor. Horrorizada, Marisela juró haber presentido la muerte de su único hijo y estaba ya desconsolada cuando recibió el telefonema que confirmaba la nefasta noticia.
Curiosamente, apenas unos días antes, el 18 de Marzo, Adán se presentó en los estudios de Univision en Los Angeles y cantó su exito con la banda ‘ Y dicen’, con el mismo estilo de su padre, al que físicamente, y también en el mal carácter, se parecía mucho. Esto trajo un vivo recuerdo para aquellos que habían visto a su padre actuar, con esas características suyas.
Marisela estuvo devastada y así se mostró en entrevistas: su marido y su hijo, los dos grandes amores de su vida, perdidos ambos en circunstancias abruptas, violentas e inexplicables en el mismo estado de la República Mexicana. El terrible precio de la fama, en un mundo inhóspito que todo lo devora, dejando solo la leyenda en sus canciones y el misterio en sus partidas.
Con información de Univisión y Buenamúsica