Una investigación llevada a cabo con más de 200.000 hombres del Reino Unido muestran que existe un vínculo entre el riesgo de muerte por cáncer de próstata y la adiposidad central, es decir, la concentración de grasa corporal alrededor del abdomen y la cintura, popularmente conocida como barriga cervecera.
Los hallazgos, presentados en la Conferencia Europea e Internacional Sobre la Obesidad (Ecoico), se basan en datos de 218.225 personas del sexo masculino con edades entre 40 y 69 años que no padecían cáncer al inicio de la investigación.
Malas noticias para los que tienen barriga
A los voluntarios se les midió el índice de masa corporal (IMC), porcentaje de grasa corporal total —calculado mediante un análisis de impedancia bioeléctrica—, circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera y, luego, se siguió la condición de su salud a lo largo de poco más de una década.
Para estimar la relación entre estas medidas de adiposidad y el cáncer de próstata, los científicos utilizaron análisis estadísticos complejos, en los que se tuvo en cuenta no solo el historial médico, sino también los factores socioeconómicos y de estilo de vida de cada paciente.
“Encontramos una asociación significativa entre la concentración de grasa corporal alrededor del abdomen y la cintura y el riesgo de muerte por cáncer de próstata”, afirmó la líder de la investigación Aurora Perez-Cornago, de la Universidad de Oxford, citada por EurekAlert.
Durante el período analizado, un total de 571 hombres murieron de cáncer de próstata.
Si bien no se observó una asociación clara entre el IMC o el porcentaje de grasa total con el riesgo de padecer la enfermedad, fue registrado un vínculo positivo entre las medidas de adiposidad central y el riesgo de muerte por cáncer de próstata.
Según la investigación, los hombres con mayor circunferencia de la cintura tenían un 35% más de probabilidades de morir de cáncer de próstata que aquellos ubicados en el final de la lista de este indicador. Asimismo, los hombres con una mayor proporción cintura-cadera tenían un 34% más de probabilidades de morir que los que tenían una menor diferencia entre estas medidas.
Sea como fuere, un IMC alto aumenta el riesgo de otras enfermedades, incluidos otros tipos de cáncer, por lo que las personas deben considerar las implicaciones del exceso de grasa corporal dondequiera que se encuentre en el cuerpo, subrayó Perez-Cornago.
Todavía es necesario profundizar y ampliar la investigación para confirmar estos hallazgos. Un estudio futuro examinará las asociaciones entre la adiposidad y los tipos agresivos de cáncer de próstata, incluida la enfermedad en estadio avanzado y grado alto, apuntó la científica.
Con información de Sputnik