Durante el reporte, compartido por José Luis Alomía, director general de Epidemiología, se detalló que el sector acumula, además, 104 mil 590 casos confirmados, 10 mil 438 sospechosos, 167 mil 797 negativos, así como 36 defunciones. sospechosas.
Los casos activos se sitúan en 3 mil 973, de los cuales 414 se registran en la Ciudad de México, 376 en Nuevo León, 369 en Jalisco y 299 en Guanajuato.
El 42% de los contagios en el sector salud se han producido entre enfermeros, el 27% entre médicos, el 2% entre laboratoristas, el 1% entre odontólogos, mientras que el 28% entre otras ocupaciones del rubro.
De las mil 410 defunciones, una quinta parte se ha registrado en la Ciudad de México, seguido del Estado de México, Puebla, Veracruz y Tabasco.
El 49% de las muertes se ha dado entre médicos, el 18% entre enfermeros, el 2% entre odontólogos, el 2% entre laboratoristas y el 29% restante entre otras ocupaciones.
Aunque el 60% de los contagios se ha dado en el género femenino, el 70% de las víctimas morales han sido hombres.
Tras presentar el reporte técnico, Alomía hizo un comparativo de la presencia de la enfermedad en la población general y en los trabajadores de la salud, al asegurar que en este segundo sector se han registrado menos casos graves y menos defunciones.
“Hay dos indicadores importantes que para efecto de México hay que considerar. Uno de ellos tiene que ver, precisamente, con la proporción de profesionales de la salud que, en su momento, desarrollaron enfermedad grave en comparación con la población en general. En la población en general la enfermedad grave se presentó en al menos el 25%, mientras que en los profesionales de salud solamente el 7% la desarrolló. Eso quiere decir que este grupo, en específico, enfermó gravemente mucho menos que la población en general”.
“Otro indicador que tenemos para el caso de México, es la letalidad en este grupo en específico. La proporción de los profesionales de la salud que falleció, a causa de la enfermedad, es del 3.8%. Esto quiere decir que el grupo de profesionales de la salud fallece mucho menos que la población en general”, continuó.
A continuación compartió las razones por las que la letalidad y los casos graves por COVID-19 son menores en el sector salud con respecto a la población en general.
“El grupo de profesionales de la salud en México no evidencia un mayor riesgo o una mayor frecuencia de enfermar grave o fallecer en relación a la población en general. Si estos dos indicadores estuvieran por encima de la media, entonces podríamos pensar que es un riesgo ser un profesional de la salud en México, pero no es así, inclusive, es menos de la mitad del promedio nacional para este grupo específico, lo cual habla de que estos profesionales están llevando a cabo actividades que, de alguna manera, los están protegiendo de enfermar grave o fallecer”, concluyó.
Con información de la Secretaría de Salud